Editorial


Votar es un derecho y una responsabilidad

La Misión de Observación Electoral (MOE) –una plataforma de organizaciones de la sociedad civil, independiente del gobierno, de los partidos políticos y de intereses privados que promueve el derecho de todo ciudadano a participar en la conformación, ejercicio y control del poder político– ha identificado varias amenazas que ponen en peligro la transparencia y la libertad de estas elecciones en gran parte del país, dos de las cuales son bastante graves: el incremento del fraude electoral y la violencia contra candidatos y ciudadanos.
Tras una investigación realizada con la participación de profesores de universidades reconocidas, organizaciones no gubernamentales y centros de investigación social, la MOE encontró que este año hay 544 municipios que presentan este riesgo, 67% más que en 2007.
Allí fueron detectadas anomalías e irregularidades electorales que indican la posibilidad de que se cometan fraudes con la manipulación de los votos nulos, la trascripción de datos y la votación con cédulas ajenas o de personas muertas.
En Bolívar hay 7 municipios con alto riesgo electoral y 8 con riesgo medio, en los cuales influyen tanto la amenaza de fraude como la de violencia.
En estas circunstancias, los ciudadanos deben acudir a las urnas con una mayor conciencia de que su decisión es clave, no sólo para elegir a los mejores y más íntegros candidatos, sino para contrarrestar la acción de los enemigos de la democracia que intentan seguir manipulando el poder regional para mantener y acrecentar sus intereses económicos.
También es imprescindible que tengan en cuenta la maraña de relaciones y pactos políticos alrededor de los candidatos y los financistas que los patrocinan.
Y sobre todo, hay que considerar los grandes proyectos y decisiones que se avecinan y que están en la mira de muchos financistas legales e ilegales, como es el caso de la licitación del chance en Bolívar y la modificación del Plan de Ordenamiento Territorial en Cartagena.
Es preciso votar por los candidatos que no hayan recibido apoyos de personas relacionadas o con intereses ilegítimos en estas dos u otras decisiones importantes, y si el ciudadano está convencido de que todos los candidatos son apoyados por personas con intereses ilegítimos, tiene la opción del voto en blanco, que sí sirve, sí es útil, porque si es la mitad más uno de la votación, anula la elección y debe hacerse una nueva con nuevos candidatos.
Con los planes de acción de las autoridades y de las fuerzas armadas, y con la participación comprometida de organizaciones como la MOE, les quedará más difícil a los delincuentes y corruptos –incluso a los disfrazados de honestos empresarios y líderes políticos–, intervenir para manipular los resultados.
Por eso, los ciudadanos deben salir a votar por el candidato de su preferencia o en blanco, si ninguno lo satisface, pero en ningún caso deben abstenerse de hacerlo.

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