Editorial


¿Para dónde va el Caribe colombiano?

El martes se realizó en Cartagena el Big Leap 2014, un evento organizado por el ministro de Transporte, Germán Cardona; el director de Findeter, Luis Fernando Arboleda; y Alfonso Salas y su equipo, de la Sociedad Portuaria Regional de Cartagena (SPRC). Asistieron varios conferencistas nacionales e internacionales para hablar de infraestructura, especialmente la requerida para el transporte multimodal, indispensa-ble para aprovechar bien los TLC que Colombia ha venido firmando.
Uno de los conferencistas más brillantes, George Friedman –autor de bestsellers fu-turistas y destructor de paradigmas- le recomendó al ministro de Transporte que el Gobierno colombiano debería construir to-das las carreteras y soluciones multimodales al tiempo para no perder la oportunidad que la situación global le ofrece a Colom-bia, especialmente a nuestros litorales.
La mano de obra china se encareció tan-to que muchos inversionistas, los propios chinos incluidos, buscan otros países donde invertir. Otro conferencista, Jean Paul Ro-drigue (así se escribe), de Hofstra Universi-ty, coincidió con Friedman al asegurar que la economía china está metida en una bur-buja que pronto reventará. Colombia, dijo Friedman, es ideal para recibir nuevas in-versiones por su proximidad a Panamá y por tener costas sobre ambos piélagos, Caribe y Pacífico, pero necesita su infraestructura de inmediato o no será competitiva.
Otro conferencista, Víctor Traverso, di-rector de la Corporación Andina de Fomento (CAF) en Colombia, dijo que habló con los gobernadores y alcaldes del litoral Caribe colombiano (Bolívar, Atlántico y Magdalena) para recomendarles trabajar en equipo. Dijo que no todas las ciudades pueden hacer lo mismo, y que Cartagena “tiene un puerto de primera línea mundial”, y sugirió que Barranquilla y Santa Marta pueden dedicar sus puertos a otras cosas, y a la vez Barranquilla puede desarrollar mejor su aeropuerto.
Simultáneamente, se cuece una reunión de los jefes de Planeación de los 8 departa-mentos y ciudades del Caribe colombiano, precisamente para buscar caminos comunes y de conveniencia mutua.
Durante el Big Leap 2014 también quedó planteada la construcción de un fe-rrocarril entre Bogotá y la Costa Caribe, con las opciones de que un ramal se des-prenda hacia Cartagena y otro a Barranquilla desde Chiriguaná, o que vaya primero a Santa Marta y luego siga a Barranquilla y Cartagena.
No creemos que a Barranquilla le caigan bien los comentarios del director de la CAF en el sentido de olvidarse de ser un gran puerto, como tampoco le cae bien a las demás ciudades eso de que Barranquilla sea la “capital natural del Caribe colombiano”.
Los departamentos y ciudades de este litoral deberían no solo sincerarse, sino con-tratar un estudio para determinar quién es más eficiente en qué, y trabajar de verdad unidos como una región, y no como unas “ciudades estado” de la antigüedad, duplicando esfuerzos innecesariamente en una competencia feroz, estéril y costosa para todos. Mientras tanto, otras regiones ricas y poderosas se unen para tratar de destronar a los tres puertos del Caribe continental invocando la “competitividad” del país.
La grandeza y prosperidad del Caribe colombiano solo puede resultar de conce-birse a sí mismo como una sola unidad.

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