Una supuesta situación de consumo y venta de drogas dejó a cuatro alumnos del grado octavo del colegio Comfenalco expulsados en el mes de octubre de 2010. Sin embargo el hecho se conoció públicamente ayer cuando los padres de uno de los menores, en su deseo de limpiar el buen nombre de su hijo, acudieron a El Universal a exponer el caso.
Francisco Tirado y Bercey Roca afirmaron que su tranquilidad familiar está alterada desde finales de septiembre del año pasado cuando le encontraron marihuana a su hijo y lo interrogaron al respecto.
El adolescente respondió que varios compañeros del salón de clases se la ofrecieron durante un paseo programa-do por el colegio a un centro recreacional fuera de la ciudad, y que la recibió por presión de grupo, más no porque tuviera intención de consumirla.
En el mencionado paseo además de droga hubo sexo en un baño, entre otro de los alumnos expulsados y una estudiante presuntamente consumidora, precisaron Tirado y Roca quienes advierten que la situación es una mues-tra de la falta de disciplina y vigilancia que hubo en esa actividad.
Ante la situación, los padres se dirigieron al colegio a exponer su preocupación. “No nos hicieron un acta para dejar constancia de nuestra inquietud, se limitaron a respondernos que el colegio tenía conocimiento de estas ano-malías hacia seis meses y que estaban haciendo la investigación pertinente. El 5 de octubre me llamaron para que firmara un acta en el que me comprometía a vigilar a mi hijo y dos días después nos notificaron mediante otra acta rectoral que el Colegio había decidido que el niño terminara el año escolar a distancia y que su cupo no estaría dis-ponible para el siguiente año por cuanto había incurrido en consumir y comercializar drogas alucinógenas dentro y fuera de la institución”, precisa Francisco Tirado.
Las pruebas
¿Dónde están las pruebas del colegio para tomar esa determinación? es la pregunta que se hacen los padres del menor, quienes en reacción sometieron de forma voluntaria a su hijo a dos pruebas de laboratorio las cuales des-cartaron cualquier rastro de cocaína y marihuana en la sangre del adolescente.
“Esta es nuestra mayor prueba en contra de la acusación tan grave que ellos están haciendo. Si el colegio estaba enterado de estas actividades porque no dieron parte oportuna a las autoridades pertinentes para que se abriera una investigación de contravención, o por qué no solicitaron la autorización de los padres para efectuar pruebas de la-boratorio”.
“Al colegio tal parece que lo único que le interesaba era tapar el lunar oscuro para proteger la imagen, aunque fuera obviando el debido proceso”, asegura Bercey Roca Vergara.
Los padres del adolescente dijeron estar resueltos a agotar todas las instancias amén de recuperar el buen nombre de su hijo y que el colegio Comfenalco le retorne su cupo estudiantil. En estos momentos el menor no está matri-culado en ningún colegio porque en el historial académico expedido por Comfenalco se expone la situación y los padres en consecuencia se han abstenido de solicitar cupo en otro plantel educativo, temiendo una respuesta nega-tiva.
“Esto ha traído delicadas secuelas sicológicas en nuestro hijo. Él es un niño sano que el único error que cometió fue recibir la hierba, pero la decisión del colegio en su caso es desproporcionada. Está muy afligido y se siente aisla-do porque no puede regresar al colegio. Nosotros sabemos qué clase de hijo tenemos y confiamos en él. Es un niño inquieto como cualquiera de su edad, un estudiante regular, pero sano”, esgrimió Francisco Tirado.
El caso está en manos de la Unidad Administrativas Local de Educación (Unalde) del barrio Country a donde los padres acudieron en primera instancia; sin embargo en vista de que el año lectivo ya empezó y aún la situación no se resuelve, los padres planean una acción de tutela que reivindique el buen nombre del menor y su derecho a estudiar.
“La situación también se la hicimos saber a la Secretaría de Educación, pero no hemos recibido respuesta. Nuestro hijo está en Comfenalco desde tercero de primaria, confiamos en los valores que el colegio promete ense-ñar y ahora nos lo expulsan con una acusación grave de la que no tienen pruebas”, asegura Tirado.
Respuesta de Comfenalco
El rector de la Ciudad Escolar Comfenalco, Alfonso Pérez Agudelo, reconoció saber del caso, pero afirmó que se abstiene de dar declaraciones muy detalladas al respecto por cuánto violaría la situación de reserva que debe ser ma-nejada por la Unalde.
“El colegio se basó en testimonios de compañeros de clase de los menores. Estos testimonios fueron remitidos a la Unalde por petición de los mismos padres del menor. No es obligación del colegio efectuarle pruebas de labora-torio a los menores, nosotros actuamos en este caso a la luz de un proceso y si en un futuro un juez ordena el rein-tegro del menor, acataremos la orden”, precisa Alfonso Pérez.
El rector aceptó que es factible que el problema de las drogas haya pasado por diversos niveles en el plantel y que aunque se desarrollan programas de prevención y proyectos formativos en valores no puede garantizarse un éxito total porque los alumnos afrontan muchas circunstancias externas que los tientan.
“El problema está en que la comunidad educativa (familia, colegio, estudiante) no está integrada. Si nos unié-ramos podríamos controlar más estos problemas, no sólo de las drogas sino el del sexo a temprana edad”, afirma.
Pérez se refirió que entre las herramientas adoptadas para la integración de la comunidad educativa está el polé-mico diplomado para padres que en días recientes originó la protesta de los acudientes quienes se quejaron por te-ner que pagar para recibir una orientación que ellos consideran debe ser gratuita.
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