Yo también deseo más plata para educación en Colombia: María F. Campo

“No ha sido fácil”. Baja la mirada y suspira. Con esa frase María Fernanda Campo, ministra de Educación, resume lo vivido en la última semana, en medio de marchas y críticas a la reforma de la Ley 30, proyecto que defiende a capa y espada.
En el vehículo polarizado que la transportaba este viernes desde Cali al aeropuerto Alfonso Bonilla Aragón, descansa por un momento de su apretada agenda y del asedio propio del candente debate. Con el rostro cansado y el proyecto de reforma en una carpeta señalada y subrayada, defiende punto por punto el que ha sido tal vez el tema más polémico de los últimos días.
Sólo una llamada del presidente Juan Manuel Santos logra detener esta entrevista. Fueron quince minutos en los que caminó de lado a lado, tocándose la cabeza, como si otra preocupación se sumará a la de sacar adelante la reforma a la Ley 30.
Usted dice que el proyecto de reforma cambió su articulado en un 60% gracias a las inquietudes formuladas por la comunidad estudiantil. Entonces, ¿Por qué las protestas?
Hay mucha desinformación frente al proyecto. Uno evalúa las razones de la protesta y el tema más importante que ellos (los estudiantes) mencionan es rechazar la privatización y las entidades con ánimo de lucro. Y ese componente fue totalmente eliminado de la propuesta de reforma.
Pero en el proyecto deja abierta la creación de instituciones mixtas. ¿Eso no mantiene vivo el ánimo de lucro, como aseguran los detractores?
Lo que dice el proyecto de reforma es que a las instituciones de educación mixtas les será aplicable el régimen de una institución de naturaleza privada. Entonces, no se pude concluir que a través de las mixtas se va a recibir capital privado con ánimo de lucro. En los artículos 36 y 37 queda suficientemente claro que la inversión que llegue de naturaleza privada o mixta tiene que ser sin ánimo de lucro.
La mayoría cree que esos $6 billones que va a aportar la reforma a la Educación Superior no serán suficientes para ampliar cobertura...
Los jóvenes piden más recursos y yo también quisiera tener aún mas recursos para la educación. Pero es que somos un país pobre y tenemos que ser conscientes de ello. Pero en medio de estas limitaciones presupuestales, esta reforma trae recursos muy importantes. Si se aprueba este proyecto de reforma las universidades públicas recibirán en los próximos 10 años $35 billones. Adicional al 10% de las regalías que serán destinados para ciencia, tecnología e innovación. Es $1 billón anual.
Algunos discuten que la repartición de las regalías será de manera inequitativa, sobretodo si hay seis rectores que toman las decisiones frente a qué proyectos se van a beneficiar...
El hecho que se hubiera logrado tener a esos seis representantes dentro de ese grupo nos debe dar una garantía de que esos proyectos que se aprueben son adecuados, de alto impacto en el desarrollo de las regiones y que los recursos se van a administrar de manera eficiente y transparente. Las universidades y centros de investigación tienen que jugar un papel protagónico a la hora de formular sus proyectos.
Dice que somos un país muy pobre, pero el objetivo es estimular la educación con créditos...
Los créditos del Icetex se restructuraron. Hoy en día los intereses son iguales a 0% para los estudiantes de menos recursos (Sisbén 1, 2 y 3). Se condona el 25% del crédito sólo por terminar la carrera y si el joven es muy buen estudiante se le puede condonar hasta el 100% del valor del crédito. Además de la creación de un fondo de manutención de $630.000 para jóvenes de Sisbén 1 y 2. Los jóvenes pagaran el crédito cuando consigan empleo.
Por estas y muchas más dudas se detuvieron las clases en algunas universidades del país. ¿ Qué les dice a los estudiantes?
Yo les pido que por favor no suspendan las clases, menos cuando está por finalizar el semestre. El perjuicio para quienes quieren estudiar y sus familias es enorme. Y es que un día de paro en Univalle cuesta $750 millones diarios, eso es como coger la plata y tirarla al traste de la basura. En la Universidad Nacional vale $2.700 millones diarios y eso nos cuesta a todos.
¿Y sobre los disturbios en las marchas?
Tienen el derecho a protestar. El Gobierno les da todas las garantías, pero que sea de manera pacífica. La muerte de este joven caleño en la última marcha fue muy dolorosa, no debió suceder.