Expectantes de síntomas, signos y señales que indiquen la aparición de una enfermedad, están 27 voluntarios del barrio El Pozón y el corregimiento de La Boquilla, desde julio de 2017.
Ellos, interesados en mejorar la salud y calidad de vida de sus comunidades, decidieron unirse a ‘Redes de vigilancia comunitaria en salud pública’, proyecto piloto del Instituto Nacional de Salud (INS) que promete replicarse en otros barrios de la ciudad y en otras ciudades del país.
Franklyn Prieto, director de Vigilancia y Análisis del Riesgo en Salud Pública en el INS, dijo a El Universal que el instituto “decidió apoyar una iniciativa dentro del programa de entrenamiento en epidemiología de campo, que permitiera vincular un actor nuevo dentro del proceso de vigilancia. En este caso el actor nuevo es la comunidad.
“Aunque en el país hace mucho tiempo se habla de vigilancia comunitaria, no había resultados visibles de esa vigilancia comunitaria. Este proyecto, involucrando zonas muy postergadas o muy deprimidas de la ciudad, ha permitido que la gente se involucre en detectar los problemas de salud y reportarlos, y el hecho de reportarlos a tiempo permite que no se vuelvan amenazas reales”.
Prieto resaltó que ‘Redes de vigilancia comunitaria en salud pública’, “podría ser uno de los caminos para que la gente se involucre en la detección y en la resolución de sus problemas de salud. El ejercicio colaborativo de hacer que la comunidad entienda la necesidad de identificar esos problemas, nos muestra que el modelo no solamente puede ser aplicado aquí en Cartagena sino en otras ciudades del país”.
Qué han identificado
Claudia Muñoz Lozada, directora del proyecto, informó que desde que se activó la vigilancia comunitaria han sido varias las enfermedades detectadas y tratadas a tiempo.
“Podemos considerar que en este casi año de trabajo fuerte, el proyecto fue exitoso porque la misma comunidad identificó brotes. En La Boquilla se presentaron 15 casos de varicela reportados por la comunidad, 30 de conjuntivitis y dos de leptospirosis. En El Pozón, 34 casos de conjuntivitis, seis de enfermedades diarreicas agudas y uno de varicela”.
Muñoz resaltó que una vez identifican la aparición de un factor de riesgo para la salud de la comunidad, los vigilantes “llenan unos reportes, donde identifican los casos, e inmediatamente son informados al Dadis, cuyo equipo se desplaza al sitio para verificar la situación y dar una respuesta oportuna”.
Cómo lo hicieron
La directora de ‘Redes de vigilancia comunitaria en salud pública’ contó que “la primera parte del proyecto fue capacitar a 33 auxiliares de salud y promotores del Dadis, que trabajaron y se desplazaron a estas áreas para poner en práctica todo lo de redes comunitarias. Y en El Pozón y La Boquilla formamos a 27 líderes comunitarios en eventos de interés en salud pública.
“Les explicamos que la vigilancia comunitaria es la participación activa de la comunidad para identificar problemas de salud y poder dar una respuesta oportuna, y los invitamos a generar movilización social desde sus lugares de residencia con familiares, amigos, fundaciones, instituciones, para lograr hacer redes que permitan identificar oportunamente eventos en salud pública.
Indicó que “son muchos eventos los que maneja Colombia, pero nosotros priorizamos los que se presentaban con más frecuencia en Cartagena: dengue, zika, salud ambiental, leptospirosis, varicela y embarazos en adolescentes”.
Muñoz destacó que hoy “los líderes continúan reportando, y el Dadis sigue apoyando la iniciativa. Es un reto para el Distrito que podamos darle continuidad a la vigilancia comunitaria, mantenerla y expandirla a toda la ciudad”.
Presentada a otros países
Franklyn Prieto informó que el proyecto de vigilantes comunitarios fue presentado durante la décima Conferencia Regional Científica de las Américas, que del 15 al 18 de mayo reunió en Cartagena a 14 países miembros de la Red de Programas de Entrenamiento en Epidemiología de Intervención y Salud Pública (Tephinet).
“El jueves hicimos un trabajo de campo para presentar la experiencia a países como Canadá, Estados Unidos, República Dominicana, Haití, Trinidad y Tobago, Perú, Argentina, Uruguay, Brasil y Paraguay. Ellos quedaron con una muy grata impresión del nivel de participación de la comunidad. Eso es muy valioso para lo que podemos hacer a futuro”.
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