Dirigentes comunales y vecinos del sector San Antonio, del barrio Olaya Herrera, consideran que el Puente Caimán ya se convirtió en otro elefante blanco.
Como se sabe, el citado puente está construido sobre el Canal Ricaurte, cuerpo de agua que atraviesa varias zonas de la ciudad y que recibe diferentes nombres, según sea el sector por donde pase.
Específicamente, las familias de los sectores Ricaurte y San Antonio, en Olaya Herrera, dicen ser las que más han sufrido con los últimos aguaceros que han azotado a Cartagena, puesto que con el que se produjo hace 15 días se derrumbó un árbol gigante que estaba en una de las riberas del canal.
Los restos del vegetal fueron arrastrados hasta las bocas del puente, las cuales no pudieron evacuarlos hacia la Ciénaga de la Virgen, en donde desemboca el Canal Ricaurte, y quedó taponando las salidas de la estructura.
Como consecuencia, las corrientes pluviales rebasan la capacidad del canal e inundan no sólo las viviendas de San Antonio y Ricaurte sino también las de los sectores que tienen que ver con la cuenca en cuestión, tal como sucedió con el aguacero del pasado martes 7 de octubre.
Andrés Méndez Tatis, uno de los trabajadores comunales de esa zona, dijo que al puente se le construyeron tres bocas, pero actualmente funciona una, precisamente la que fue tapada por los restos del árbol caído.
Las otras dos bocas están atiborradas de basuras, tal como lo está el lote que el Distrito compró con el objetivo de ampliar el canal y abrir más bocas al puente, pero hasta el momento no se ha hecho nada con el lote comprado.
Según Méndez Tatis, en realidad la compra sería de dos lotes que están frente al puente, “pero sólo uno fue comprado, y el otro sigue a la espera. Mientras tanto, la gente inescrupulosa ha tomado esos predios como basureros, escombreras y refugio de ladrones y de consumidores de estupefacientes. Es decir, con lo que se pretendía buscar una solución para comunidad, lo que se consiguió fue un problema”.
El trabajador cívico contó que, en cuanto amainó el aguacero de hace 15 días, buscó la ayuda de las autoridades encargadas de retirar los restos del árbol que taponan las bocas del puente, “y en la Personería nos dijeron que si queríamos que el EPA Cartagena recogiera esos restos, había que contratarlo”.
Méndez Tatis continuó relatando que, además de la compra de los predios, el Distrito debe reubicar una tubería de la empresa Aguas de Cartagena, “pero hasta el momento no lo han hecho ni nos han presentado soluciones en ese sentido. La obra ya tiene cuatro años de paralizada y no se sabe quién debe terminarla.”
Al respecto, la directora de la Oficina de Valorización Distrital, Cecilia Bermúdez Sagre, informó que el Distrito está suscribiendo un convenio con Aguas de Cartagena para terminar los trabajos necesarios en el puente.
Explicó que las obras se concentrarán en la reubicación de las redes (sobre el andén) de acueducto que atraviesan por el Canal Ricaurte.
“En su momento –explicó--, y de manera provisional, dichas tuberías fueron instaladas a un lado del canal, mientras se realizaba la ampliación del puente. La nueva línea de tubería cumple con las especificaciones técnicas necesarias (diámetros), que garantizarán un mejor servicio en el sector. Las nuevas barandas y escaleras del puente están contempladas en estos trabajos”.
De otra parte, indicó que en el Canal Chiamaría II, del barrio El Pozón, se instalarán sifones de acueducto y de alcantarillado, que son obras complementarias dentro de este mismo convenio.
“El valor total de las obras es de mil 400 millones de pesos, recursos provenientes del presupuesto asignado a Valorización; y en los próximos días el alcalde Dionisio Vélez firmará el convenio”, puntualizó.
Hace cuatro años, el Puente Caimán fue inaugurado en la administración del entonces alcalde de Cartagena, Campo Elías Terán Dix, pero junto con los puentes Las Gaviotas-13 de Junio, El Socorro-San Pedro y El Socorro-Santa Mónica, hace parte de las gestiones inconclusas que tiene el Distrito en cuanto a la implementación del Plan Maestro de Drenajes Pluviales, que supuestamente superaría el problema de las inundaciones invernales en los barrios que hacen parte de la llamada Cuenca del Canal Ricaurte.
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