Cartagena


El rifirrafe entre la comunidad y el Distrito por el desmonte de talanqueras

ELEANA MARTELO TIRADO

21 de septiembre de 2016 09:24 AM

Pese a que se tiene conciencia de que la instalación de las talanqueras en los barrios es una medida ilegal, los cartageneros se aferran a esta como el único mecanismo de defensa que tienen frente a la delincuencia que poco a poco amenaza con devorar a Cartagena ante los infructuosos esfuerzos del Distrito y la Policía por combatirla.

Aunque no se tiene un dato exacto sobre cuántos barrios de la ciudad han instalado estos controles de acceso, se conoce que gran parte de los que conforman la Localidad 3: Industrial y de La Bahía, y muy pocos de la Localidad 2: Virgen y Turística, han tenido que acudir a esta medida de autoprotección. (Lea también: 'Talanqueras': cuando la comunidad toma medidas ilegales por la inseguridad).

Algunos de ellos son La Concepción, El Recreo, Santa Mónica, la Princesa, Alameda La Victoria y Los Abetos, entre otros.

EMPEZÓ EL DESMONTE Y EL SINSABOR

Pero lo que las comunidades han catalogado como una herramienta exitosa para de alguna manera 'cortarle las alas' a los amigos de lo ajeno, otros han calificado como un perjuicio a la libre movilidad.

Es el caso de los barrios Campestre, Nuevo Campestre y la urbanización Villa Barraza, donde empresas ubicadas en esas zonas interpusieron tutelas por afectaciones en la movilidad. 

Las acciones jurídicas fallaron en contra de las comunidades, ordenando al Distrito quitar las talanqueras. A raíz de eso, la Alcaldía de la Localidad Tres, hace un mes, en un operativo sorpresa, desmontó varias barreras de acceso o las denominadas 'talanqueras antirobo'. (Vea también: Delincuentes aprovechan desmonte de “talanqueras” en el Nuevo Campestre).

"No quitamos las talanqueras por quitarlas. Entregamos la zona ya recuperada para que la Policía esté constantemente haciendo su labor. El juez nos dice que es una práctica ilegal y que eso no debería estar pasando. Nos conmina a no permitir estas acciones. Por eso, decidimos quitar las talanqueras, pero seguimos reuniéndonos con las comunidades para buscar el punto de equilibrio", recalcó Patricia Zapata Negrete, alcaldesa de la Localidad Tres.

Es un secreto a voces que la confianza en las instituciones está socavada y que las comunidades poca fe le tienen a los frentes de seguridad y lo que estos traen consigo: cámaras de videovigilancia y alarmas. Sin embargo, la Alcaldesa insiste en que estas herramientas sí surten efecto.

"El frente de seguridad sí funciona, porque el ratero cuando ve pintada un zona de verde y blanco detecta enseguida que hay un frente de seguridad, y eso lo frena (...) El objetivo es llegar y decirle a las comunidades que tenemos todo para poder brindarles su seguridad", enfatizó.

¿QUÉ DICEN LOS VECINOS?

Vulneradas y desprotegidas. Así se sienten las comunidades desde que se desmontaron las talanqueras. Aseguran que el miedo es generalizado y que no es cierto que se aumentó el pie de fuerza como alternativa distinta a los controles de acceso, como aseguró la Alcaldesa de la Localidad 3.

"Nos sentimos atropellados, inconformes y tenemos mucho miedo. La gente está tensionada y lo piensa a la hora de salir. Aquí nadie se ha reunido con la Policía y tampoco han aumentado el pie de fuerza. No nos han dado alternativa para crear nuestro sistema de seguridad", indicó en tono enérgico Nuriel Utria, miembro de la Junta de Acción Comunal (JAC) del barrio Nuevo Campestre.

Pero el malestar en los habitantes es aún más visible si se habla del operativo de desmonte. Señalan que no les fue notificada la acción de tutela y mucho menos el fallo. Dicen que se enteraron el mismo día del operativo cuando a la calle 10 llegaron la Policía, el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), Espacio Público y la alcaldía local, dispuestos a llevarse dos talanqueras que la comunidad con sus propios recursos instaló.

El mismo sinsabor hay en El Campestre. Allí se percibe más el enojo porque en la quinta etapa se quitaron también dos talanqueras. Y el malestar es más notorio si se recuerda que en julio de este año uno de sus vecinos murió a manos de delincuentes al resistirse a un atraco en la puerta de su casa.

Todos opinan lo mismo. La ciudad está fuera de control y las autoridades no garantizan la seguridad. Con el desmonte de las talanqueras se sienten con las manos atadas.

Aunque en Villa Barraza el motivo que impulsó a instalar controles de acceso en la calle tercera o entrada de acceso al barrio es diferente (tráfico de carga pesada), el fastidio es el mismo. No están de acuerdo con la decisión del Distrito y se niegan a que los vehículos de Remaplast S.A.S, la empresa que produce tubos PVC y que fue la que tuteló, transiten por la vía principal de la urbanización.

En cambio, en comunidades aledañas como Colinas de Villa Barraza, Villa Rosa, Cerros de Albornoz (Sector Nueva Israel) y Antonio José de Sucre, celebran la medida, pues manifiestan que con las talanqueras de dos metros y medio de alto ni los carrotanques, vehículos de los operadores de aseo, camiones de mudanzas y ambulancias podían pasar.

EMPRESA AFECTADA OPINA

Tanto Remaplast S.A.S como otras empresas que rodean Villa Barraza coinciden en que la afectación durante el mes que duraron puestas las barreras 'antirobo', fue total. Hubo pérdidas de hasta 400 millones de pesos.

En el caso de Remaplast, tuvo que pedir permiso al Ministerio del Trabajo para poder despedir a varios empleados ante la paralización de la producción, pues los furgones no podían ingresar a la empresa la materia prima para fabricar los tubos PVC.

URBANIZACIONES SÍ PUEDEN CERRAR

De acuerdo a la alcaldesa de la Localidad 3: Industrial y de La Bahía, Patricia Zapata Negrete, las urbanizaciones están en todo su derecho de instalar talanqueras. Según ella, la denotación de espacios cerrados se los permite.

"Cuando hablamos de urbanización, sí se puede cerrar. Las calles de las urbanizaciones no son vehiculares y no conectan con otras vías", dijo la funcionaria.

Así las cosas, Santa Clara, Camaguey y otras urbanizaciones, no tendrían problemas, hablando jurídicamente, a la hora de cerrar sus calles.

MÁS DESMONTES DE TALANQUERAS

Según la Alcaldía de esa localidad, las quejas por la instalación de talanqueras son el pan de cada día. A la fecha, hay quejas radicadas provenientes de Los Jardines, San Pedro, La Princesa y La Plazuela. En estos dos últimos barrios, se espera el fallo de una acción popular y una tutela, respectivamente.

En El Recreo y Santa Clara, el Distrito dice que ya se sentó a dialogar con las comunidades para crear frentes de seguridad. En Nelson Mandela, uno de los barrios más grandes y 'calientes' de la ciudad, existen cinco frentes.

Aunque los Alcaldes de las Localidades 1 y 2 aseguran que no tienen programados operativos para desmontar talanqueras, ni hay tutelas de por medio, la preocupación crece en otras comunidades ante la posibilidad de que esto ocurra.

¿QUÉ VIENE AHORA?

El comandante de la Policía Metropolitana, general Carlos Ernesto Rodríguez Cortés, indicó que se seguirá con los controles permanentes, planes operativos y la presencia de los Comandos de Atención Inmediata (CAI) en los barrios.

No obstante, ante los últimos hechos de violencia que han atemorizado a Cartagena, se desconoce -además de la prohibición del parrillero hombre y mujer en la zona norte- cuál es el otro as bajo la manga que tiene la administración de Manuel Vicente Duque para 'calmar el avispero' que hay en la ciudad por cuenta de la inseguridad, que ya se tomó uno de los barrios más custodiados por las autoridades: Bocagrande.

Mientras tanto, los cartageneros para defenderse de 'los asesinos a sueldo' y amigos de lo ajeno, continúan buscando herramientas -aunque ilegales- para salvaguardarse como puedan.

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