Los habitantes del callejón La Unión, o carrera 17, del barrio Canapote, llamaron nuevamente la atención del Gobierno Distrital sobre el riesgo que corren las viviendas de ese sector.
Dichos inmuebles están localizados al rededor de una de las estribaciones del cerro La Popa, en cuya parte superior está el barrio Pedro Salazar.
Lourdes Rivera Monterrosa, residente de una de las viviendas, contó que hace varios años, en el patio de esa casa, un alud sepultó a un menor de edad hermano de su esposo.
En septiembre de 2010, la entonces alcaldesa de Cartagena, Judith Pinedo Flórez, ordenó la construcción de un muro de contención que empezó teniendo seis metros de altura y un grosor de quince centímetros, para que concluyera en un largo de 37 metros, aproximadamente, pero se interrumpió de un momento a otro.
“Esa vez –contó Lourdes Rivera--, los constructores dijeron que suspenderían mientras pasaban las fiestas novembrinas, pero nunca más volvieron. Ahora estamos necesitando que terminen la obra, porque el terraplén se está deslizando nuevamente y no queremos otra tragedia”.
En ese sentido, Rodolfo Figueroa Yanes, esposo de Lourdes, envió, en febrero de 2015, una carta a la Secretaría de Atención y Prevención de Riesgos, despacho que respondió en mayo de ese mismo año, para anunciar que la zona sería incluida en el cronograma de visitas, pero, según los afectados, nunca los visitaron.
Otra vecina, Yuri Harris Meléndez, residente de la vivienda 56-20, señaló que a la entrada del inmueble sobresale un fragmento de otro terraplén, el cual se viene desmoronando desde 2002, al parecer, por acción de las lluvias y por algunas nuevas construcciones en las alturas.
“Una vez se desprendió un pedazo y cayó en el techo de mi apartamento. Los funcionarios del Distrito vinieron a ver la situación, pero no remediaron nada”, contó la ama de casa, quien anotó que en los mismos llamados han solicitado a las autoridades que concluyan también el alcantarillado, ya que las pozas sépticas podrían acabar de debilitar la tierra, además de que las corrientes de aguas lluvias no tienen por donde evacuar.
María Meléndez Gutiérrez, otra vecina, relató que en las facturas de Aguas de Cartagena se cobra el servicio de alcantarillado, “pero también tenemos que pagarles a particulares para que desocupen las pozas sépticas cuando se desbordan”.
Rocío Barrios, quien reside a la entrada del callejón y tiene en su frente una pared de tierra y roca, contó que hace tres años se desplomó una parte del barranco y partió un fragmento de una paredilla que lo estaba protegiendo. “La calle quedó ocupada por los escombros y el derrumbe nos dejó incomunicados”, añadió la vecina.
La señora Rocío y su familia han pedido al Distrito que se reconstruya la pared y se diseñe, en el plano del barranco, “un parque para evitar que lo sigan invadiendo con basuras”.
Respecto a la amenaza del terraplén y el muro de contención inconcluso, la directora de la Secretaría de Gestión de Riesgos del Distrito, Laura Mendoza, dijo haber asignado un equipo técnico para que durante esta semana haga una visita al sector y verifique qué cosas requiere la comunidad en materia de gestión del riesgo.
Por su parte, un vocero de Acuacar se refirió al alcantarillado inconcluso anunciando que la empresa programó para hoy una visita al callejón para inspeccionar las redes del alcantarillado y las conexiones de las acometidas de los predios aludidos para determinar acciones a seguir.
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