Cartagena


En Cartagena trabaja menos de la mitad de las mujeres

HILENIS SALINAS GAMARRA

08 de marzo de 2018 12:00 AM

Una mujer de 30 años se levanta a las 4 de la madrugada para que le alcance la mañana. Desde esa hora hasta las 8 a. m. levanta a sus hijos, prepara el desayuno, alista a los que se van al colegio y deja la casa limpia antes de irse a trabajar. Luego, suspende su trabajo para devolverse a la casa y tener listo el almuerzo de sus hijos y su marido; retoma el trabajo a las 3 de la tarde, pero a las 5 se devuelve para volver a responder por los oficios de su casa. ¿Le parece insólito? Gran parte de las mujeres cartageneras viven así, cada día.

Según datos del Observatorio del Mercado Laboral de Cartagena y Bolívar, el 42 % de las cartageneras se dedica a oficios remunerados en la ciudad, y eso es apenas una parte de todo lo que falta para igualar la situación económica de ellas con la de los hombres.

Superan más barreras

Dewin Pérez Fuentes, director del Observatorio del Mercado Laboral y del programa de Economía de la Universidad de Cartagena, explicó que de las 417 mil mujeres que están en edad de trabajar, 190 mil logran salir de casa en busca de una actividad remunerada. Esto se refleja en que de cada 100 mujeres en edad laboral, 46 entran, mientras que de cada 100 hombres en las mismas condiciones, 68 participan del mercado de trabajo.

“Es una diferencia de 22 puntos que se explica porque mientras los hombres tienen la única responsabilidad de proveer de recursos al hogar, las mujeres entran al mercado sin que antes haya habido un proceso de redefinición de roles del hogar”, especificó Pérez Fuentes.

Buscar un trabajo implica para las mujeres sumar otra responsabilidad al del cuidado del hogar y la procreación, la llamada triple carga que redunda en exclusión y limitaciones para acceder al campo laboral, por lo que solo 42 de cada 100 que buscan empleo, logra ocuparse.

La dificultad no se queda ahí, surge un filtro al conseguirlo, otro para encontrar uno que sea satisfactorio, uno más para ascender y otro mucho más grande para alcanzar altos cargos.

En los mismos oficios

Los estereotipos y la cultura machista también condicionan el trabajo al que se dedica la mujer cartagenera. El 75 % de ocupación femenina se da en sectores de servicios, comercio, restaurante y hoteles. “Si se da una mirada general, se puede decir que están trabajando, pero al analizar ese dato, se cae en cuenta de que resultan trabajos que extienden el lugar al que la mujer ha estado confinada históricamente: la limpieza, la cocina y el cuidado”, destacó el economista.

Ganan menos

La brecha salarial es para Pérez inconcebible en este siglo, pues en general una mujer gana 35 % menos que un hombre en igualdad de condiciones. Si se profundiza en el indicador la diferencia se amplía: una mujer que no ha cursado ningún tipo de estudios y consigue un trabajo, gana 60 % menos que un hombre que tampoco estudió; una mujer que superó la secundaria, gana 45 % menos que un hombre; y un hombre y una mujer que cursaron la misma carrera universitaria tienen una brecha salarial del 15 % en la que también gana más el hombre.

La vulnerabilidad se amplía si la mujer es joven, de escasos recursos y afro.

Apuesta porla educación

Con una lista de cifras desesperanzadoras, la educación es clave para darle un giro y ampliar la ocupación de las mujeres. Pérez destaca que todas las brechas disminuyen a medida que aumenta el nivel educativo de las mujeres, pero que debe repensarse la educación desde el hogar, que es donde se encuentra la primera barrera laboral.

La historiadora Estela Simancas, quien siempre ha insistido en el carácter vulnerable de las mujeres afrodescendientes en la ciudad, aseguró que el racismo institucional es otra de las barreras que se deben superar y que para ello no solo deben ampliarse los cupos especiales para mujeres, sino seguir sus pasos una vez egresan, mirar dónde se vinculan.

“El racismo institucional debe atacarse con políticas de enfoque diferencial mucho más eficientes, que no sigan profundizando la brecha educativa, sino apostarle a la formación profesional y posgradual de nuestras mujeres, que permitan generar más capacidades para enfrentarse al mundo laboral”.

En cifras

54 de cada 100 mujeres en edad de trabajar no están participando del mercado laboral, es decir ni trabajan ni están buscando empleo. 

75 de cada 100 mujeres ocupadas, están ligadas a sectores de servicios, comercio, restaurante y hoteles.

28 años es la edad en la que una mujer empieza a dejar de ser ‘atractiva’ para el mercado laboral. 10 años antes que un hombre.

22 puntos es la brecha que existe en la ocupación entre hombres y mujeres, ellos por encima.

90 % de la brecha salarial es explicada por factores asociados a discriminación y no a capital humano.

Una mujer, con las mismas competencias que un hombre, gana en promedio 36 % menos que él.

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