Una casucha levantada con tablas desniveladas y torcidas, que amenazan con venirse abajo al menor movimiento, se convirtió en el refugio de Edwin Doria Garcés y su esposa, Carmen Álvarez Castellón, desde hace unos tres años, cuando un incendio arrasó con todo lo que tenían.
El hombre de 48 años explicó que su desdicha comenzó el 23 de diciembre del año 2010, mientras dormía.
“Yo venía de trabajar toda la noche, no había luz y me acosté a dormir como a las 9 la mañana, cuando debido a un corto circuito se prendió la casa”, dijo Doria.
El vigilante sostiene que está vivo de milagro, pues fueron sus vecinos quienes se percataron de las llamas y lo sacaron a rastras de la vivienda, ubicada en el barrio 2 de Noviembre.
“En ese momento mi señora estaba trabajando y mis hijos en el colegio. Mi casa estaba hecha mitad de madera y mitad de material, pero por el incendio se quemó todo, quedé sin nada. Hoy en día todo lo que tengo, incluso la ropa y el televisor, es porque las personas que me conocen me han colaborado”, afirmó Doria.
Precisó que “yo necesito salir rápido de aquí porque tengo temor de que se me vaya a caer la casa encima”.
EN ESPERA DE VIVIENDA
Según Doria, la administración de la alcaldesa Judith Pinedo lo favoreció con una vivienda nueva, pero “como no me la habían dado, la Oficina de Atención de Riesgos quedó en colaborarme con un subsidio de arriendo, pero ni lo uno ni lo otro. Siempre que voy allá me dicen que estoy favorecido, pero tengo que esperar”.
En medio de la espera, contó que en un principio él y su esposa fueron hospedados en casa de un vecino, luego donde otro, pero “como nos iban a dar plata para que pagáramos arriendo, nadie quiso seguir prestando su casa (...) Nunca nos dieron nada y, como nos querían invadir el terreno, nos devolvimos hace tres años, para levantar la casa con tablas”.
¿Y EN ÉPOCAS DE LLUVIA?
Carmen Álvarez Castellón manifestó que cada vez que llueve cubre con plásticos los objetos que le han sido donados, y busca amparo en otro lugar.
“Yo paso sola, entonces cuando llueve me voy a casa de alguna vecina porque esto se moja todo y me da miedo que me vayan a caer esos palos encima”, dijo Álvarez.
Señaló que para evitar accidentes lamentables, trasladó a sus hijos de 14, 11, 10, 9 y 8 años a la casa de su hermana, en el municipio de Turbaco. “Los mandé a que vivieran y estudiaran por allá porque en estas condiciones no los podemos tener. Antes del incendio vivíamos todos juntos”.
La mujer de 57 años recalcó que “necesitamos que nos den una ayuda porque es un engaño que tienen diciéndonos que nos va a dar una casa por Villas de Aranjuez, que nos esperemos, que ya estamos para salir y nada. A mi me cae esta casa encima y me matan el poco de palos y tablas”.
Advirtió que debido a la poca seguridad que le brinda esta casa, casi no duerme. “Muchos delincuentes rondan la zona y en varias ocasiones han intentado ingresar a mi casa”.
Quienes deseen comunicarse con esta pareja para brindarle ayuda, pueden comunicarse con Edwin Doria Garcés al celular 311-4365802.
VAN A VERIFICAR LA SITUACIÓN
La directora de la Oficina de Atención de Riesgos, Laura Mendoza, informó que por la antigüedad del caso denunciado, se procederá a verificar en archivos qué pasó.
Por ello, con el fin de conocer a fondo la situación de esta familia y asignarle la ayuda humanitaria que corresponda, solicitó a Edwin Doria Garcés que se acercara a las instalaciones de la Oficina de Atención de Riesgos, en la mañana del próximo lunes.
Respecto a la nueva vivienda que anhela esta familia, la funcionaria distrital aclaró que no es de su competencia entregar casas.
“Nosotros no otorgamos viviendas, solo brindamos las ayudas humanitarias que se requieren para mitigar una emergencia”, precisó Mendoza.
Agregó que la Oficina de Atención de Riesgos postula aspirantes a casas “ante el Ministerio de Vivienda o Corvivienda, cuando hay familias afectadas por desastres naturales”.
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