Cartagena


En la ciudad turística más importante de Colombia, se paga ‘según el marrano’

Un extranjero y un local nos ayudaron a ser detectives encubiertos para conocer la diferencia de precios entre pagar un taxi, comprar un sombrero y pagar una carpa, además de otros productos, en la playa. Se pensaría que las cosas valen lo que valen, pero ¿habrá diferencia entre lo que cobran a unos y otros?

Aunque varía por temporadas, Cartagena siempre tiene visitantes extranjeros (y nacionales), curiosos de la cultura gastronómica, histórica, fiestera y playera. Motivados por la idea del descanso vienen a vacacionar pero, sobre todo, vienen a gastar dinero.

En este ejercicio los precios variaron dependiendo del lugar y la persona. Sin embargo, los únicos afectados por los precios altos no son los turistas que tienen acentos distintos al caribe. Nos sorprendió ver que en ocasiones los cartageneros recibieron incluso un precio más alto que el turista.

TAXI

Del centro al aeropuerto la tarifa oficial es de 9.700 pesos. Muy inferior a la que le cobran al que tiene cara de turista, que debe pagar 12.000 pesos (si está de buenas). Pero el más afectado es el cartagenero, al que de una vez le piden 15.000 pesos, con posibilidad de negociada: “se lo dejo en $12.000… ¿cuánto tiene?”, pregunta un taxista por llevar a un local hasta la Torre del Reloj.

Sin embargo, no es que en Cartagena nos estemos inventando una diferencia de precios. Eso pasa en muchas ciudades turísticas del continente. “Tras  recorrer ocho meses en América Latina se puede ver que los precios son diferentes para los turistas en casi todas partes.

Cartagena es sin duda uno de los lugares más caros”, afirma Patrick Sum, un alemán de 26 años que se pasea por el centro de la ciudad.

SOMBRERO

Con estas temperaturas que no bajan de los 30 grados durante el día, protegerse del sol se vuelve, más que un lujo, una cuestión de supervivencia. Por eso tener sombrero es casi un artículo de primera necesidad. En la Plaza de la Paz un turista puede conseguir un sombrero por 35.000 pesos (sin pedir rebajas). Al local le cobran 25.000 pesos con posibilidades de negociación. Hay que aclararlo: el precio fue por exactamente el mismo sombrero. 

Sin embargo, aunque aquí nos acostumbramos a pagar las tarifas turísticas, Patrick no está de acuerdo “ahora no compro casi nada en la calle y prefiero Mini Mercados. Me gustaría comprar mis cosas con la gente en la calle, ya que tienen un trabajo muy duro, pero no acepto pagar más porque soy rubio y no hablo bien español”.

Este joven alemán no se equivoca. En las playas de La Boquilla hasta para los raspados los precios cambian y se cobra el doble del valor.

Por el hecho de tener acento distinto, el precio habitual del raspado salta de 1.000 a 2.000 pesos. Sin embargo, en ambiente de playa los vendedores de raspao no son lo más habilidosos a la hora de cobrar de más. La situación más grave la evidencian los llamados carperos.

EN LA PLAYA

La carpa pequeña, para residente, cuesta 10.000 pesos. La grande, donde cabe una familia entera, cuesta 20.000 pesos para todo el día. Pero eso es solo si hay acento cartagenero. Para los turistas es otra cosa: pueden llegar a pagar entre 150.000 y 200.000 pesos por exactamente el mismo servicio.

Un carpero se confiesa: “Ellos preguntan si recibimos dólares o pesos, obviamente decimos que dólares”.

Los vendedores de ostras no se quedan atrás. Tras pescar su producto, se pasean por la playa ofreciendo pruebas gratis. Por media docena, un turista puede terminar pagado entre 50.000 y 100.000 pesos, dependiendo del turista -qué tan rubio, qué acento, qué tan bien hable español-”. Es exagerado ver cuánto menos paga un local por una ostra: 1.000 pesos, si está 'de buenas'. (Lea también: “Regulación de precios en La Boquilla, una necesidad”: Corpoturismo)

En La Boquilla un Jet Ski puede costar, para el turista, tres veces de lo que vale para un local en otras playas (50.000 pesos). “Nosotros las cobramos a $150.000 o $160.000, dependiendo del turista. Se tiene que poner el precio que más convenga” afirma uno de los carperos de zona norte.

Aunque en ese sector, la tarifa oficial para un almuerzo completo es de 20.000 pesos, es una tarifa que no se ofrece frecuentemente. En realidad depende de la habilidad del comprador para negociar y llegar a ese precio (incluso si es un cartagenero). A los turistas les cobran hasta 40.000 pesos por el mismo plato de comida, si es que tiene suerte y no le cobran en dólares: entre 40 y 50 dólares por exactamente el mismo plato. De poco ha servido la campaña de la Alcaldía Local de organizar los precios para evitar los abusos. (Lea: Restauranteros de La Boquilla ya tienen lista de precios)

“Nosotros sacamos la excusa de los hoteles, aquí es un sector donde los hoteles son costosos, entonces igualamos precios”, afirma un carpero que no quiere revelar su nombre. 

Y para cerrar otro ejemplo: tres turistas holandeses sentados bajo una carpa grande, pagaron por ella 40.000 pesos. Almorzaron diferentes platos de comida tradicional, por los que pagaron (cada uno) 35.000 pesos. Por ocho cervezas les cobraron 40.000 pesos (aunque el precio oficial de la cerveza es 3000 pesos). En solo dos horas de estar en esa playa, ya habían pagado 81.000 pesos de más.

Cartagena, la ciudad turística que no hace otra cosa que atropellar al turista. ¿Cambiará algún día? Hagan sus apuestas. 

Se ha producido un error al procesar la plantilla.
Invocation of method 'get' in  class [Ljava.lang.String; threw exception java.lang.ArrayIndexOutOfBoundsException at VM_global_iter.vm[line 2204, column 56]
1##----TEMPLATE-EU-01-V-LDJSON----
 
2   
 
3#printArticleJsonLd()
 

Comentarios ()

 
  NOTICIAS RECOMENDADAS