Gabriela Torres cumple este diciembre 23 años de vivir en el barrio La Paz y es la primera vez que puede caminar por un tramo de su calle sin caerse o tropezarse.
Este año, la comunidad decidió que si el Distrito no solucionaba el problema de su calle, serían ellos mismos quienes la pavimentarían, por eso ayer, 8 de diciembre, amanecieron entre las labores de pavimentación del segundo tramo y la alegría de un futuro más cómodo.
“La calle nadie la iba a pavimentar, así que nosotros ya cansados de que nuestros hijos, nuestros padres y abuelitos tengan que vivir así, decidimos hacerlo con nuestras manos y ahí vamos”, explicó Gabriela, quien hace las veces de supervisora de la obra, desde la terraza de su casa.
Recolectando fondos
Los vecinos de La Paz, después de tomar la decisión de pavimentar su calle, crearon un comité que se encargaría de organizar la forma como se recogerían los fondos para lograr lo que señalan como “nuestro deseo para fin de año”.
Pasteles, rifas y donaciones voluntarias fueron las formas acordadas para recoger recursos para la compra del cemento y demás implementos necesarios para la obra.
Más de 200 pasteles vendidos, por lo menos una decena de rifas y los aportes voluntarios que, según ellos, están entre los tres mil y los cinco mil pesos, “así es como la comunidad aportó los recursos para comenzar a pavimentar. Seguiremos trabajando, y esperamos que los vecinos sigan colaborando y que alguien más en la ciudad se una a la causa”, explicó Elimiro Paternina, vecino de La Paz.
Por lo menos 12 hombres de la comunidad también pusieron sus conocimientos en construcción y han dado su trabajo de varios días para hacer realidad el anhelo de sus vecinos y de sus propias familias.
Según Graciela, a pesar de que hay fondos para seguir avanzando en la obra, aún falta gran parte de la calle, por lo que seguirán tocando puertas para recaudar fondos y completar su sueño.
Los obstáculos
Los vecinos indican que la falta de ayuda del Estado está relacionada con el lugar donde están ubicados, catalogado como de alto riesgo y porque sus casas no están legalizadas.
“Tenemos esos dos grandes obstáculos, y por eso el Distrito no le va a meter plata a esta calle, pero tienen que entender que nosotros queremos mejorar nuestra calidad de vida. Tenemos muchos años de estar luchando y necesitamos sacar esto adelante”, afirmó Graciela.
Según los vecinos, este solo es un pequeño paso para tener una mejor calidad de vida, teniendo en cuenta que pasan muchas más dificultades con las inundaciones durante las lluvias y por la inseguridad.
“En vez de estar pensando que nos van a sacar de aquí deberían ayudarnos para que nosotros, sobretodo nuestros hijos tengan una mejor calidad de vida”, pidió la líder.
El 22 de noviembre comenzaron a reunirse los habitantes de “la calle destapada” de La Paz para iniciar las actividades de recolección de fondos. Han avanzado a pasos agigantados y aunque no se atreven a decir cuánto llevan recaudado por miedo a la inseguridad del sector, afirman que podrían quedarse cortos y que siguen esperando la ayuda del Distrito.
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