La mañana de este martes pintó desafortunada nuevamente en la planta de regasificación en Barú, sin embargo algunos principios de disturbios fueron controlados a tiempo por la fuerza pública. Un grupo de exempleados y comunidad en general apoyados por la Unión Sindical Obrera, Uso, trataron desde muy temprano de impedir que los buses que transportaban a otros empleados que no están participando del paro, entraran a la obra en construcción.
La situación ameritó la presencia de miembros del bloque antidisturbios de la Policía, Smad, para instalar un cordón de seguridad y despejar el camino para que los vehículos hicieran su ingreso.
De esta manera, tras nueve días de parálisis total, las labores en la obra se restablecieron parcialmente y paralelo a esto se inició una mesa de diálogo entre las directivas de la Sociedad Portuaria El Cayao y los representantes de los Consejos Comunitarios para negociar un pliego de peticiones laborales.
Entre las reclamaciones que han hecho desde un principio los organizadores de la protesta están la falta de nivelación salarial, de baterías sanitarias, de un comedor digno, el despido masivo de trabajadores sin justa causa y la preferencia por la mano de obra local.
Al momento de esta publicación no se conocían los acuerdos a los se pudieron llegar en la reunión.
DIFERENCIAS EN COMPETENCIAS
Las manifestaciones públicas comenzaron el 25 de julio lideradas por la Unión Sindical Obrera, Uso, lo que no fue aceptado desde un principio por la Sociedad Portuaria El Cayao alegando que se trata de un proyecto netamente privado y que tal como lo autorizó el Gobierno Nacional, mediante la Ley de Negritudes, ellos se estaban entendiendo únicamente con los consejos comunitarios, con quienes, han resaltado, tienen muy buenas relaciones.
La participación de la Uso en la problemática ha originado una división de opiniones en la comunidad, entre los que apoyan y reconocen la labor mediadora de los consejos comunitarios y los reclaman el derecho a la libre asociación sindical. Por su parte, la propia compañía ha responsabilizado a la Uso de los desmanes ocurridos el 27 de julio argumentando que un grupo de encapuchados que portaban la bandera del sindicato ingresaron violentamente a las instalaciones; incluso los acusan de robo y daño en bien ajeno.
En aras de hallar una solución, los consejos comunitarios han sostenido varias reuniones con miembros de la Uso para dirimir diferencias dentro del proceso.
“Nuestra intención es llegar a una concertación por medio del diálogo. En la última reunión que sostuvimos con ellos tomamos nota de todas las reclamaciones laborales y elaboramos un pliego de peticiones para negociarlas con el puerto El Cayao. Con la Uso tenemos interés en seguir reuniéndonos para que ellos comprendan la autoridad que la Ley 70 de 1993 otorga a los consejos comunitarios”, expresó José Eleuterio Rodríguez, del consejo de Santa Ana.
A lo expresado por los consejos y las directivas de El Cayao, Rodolfo Vecino, miembro nacional de la Uso, manifestó que cada quien tiene unos límites de acuerdo a la ley. “Los consejos comunitarios pueden entenderse con la compañía en los temas sociales, pero en los temas laborales la competencia es de los sindicatos. La Ley en Colombia reconoce el derecho sindical y la libertad a la libre asociación por tanto las empresas, así sean privadas, no puedes desconocer esto. La Uso tiene convenciones en 62 compañías privadas del país en las que sus trabajadores libremente han decidido asociarse al sindicato”.
Los trabajos de construcción de la planta de regasificación en Barú están presupuestados para llegar a su fin en cinco o seis semanas ha dicho la compañía. A través de varias vías, comunicado de prensa y entrevistas directas, El Cayao ha informado que la mayoría de trabajadores no han sido despedidos sin justa causa sino que en buena parte la desvinculación laboral ha sido resultado de que las obras ya se han ido culminando y que un grupo aproximado de 120 personas si fueron despedidas porque al subcontratista se le suspendió el contrato, pero que éstas serán reintegradas. El tema de la nivelación salarial también han comentado que están dispuestos a negociarlo.
La planta de regasificación de Barú es la primera terminal de importación de gas natural licuado que tendrá Colombia. Se construye con una inversión privada de 142 millones de dólares aproximadamente y su propietario es la Sociedad Portuaria El Cayao conformada por Promigás, con una participación del 51% y el fondo de inversión chileno Barú LNG, con el 49% restante.
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