Camperos y “carros” que fueron taxis y que ahora trabajan como colectivos; motocicletas, volquetas, taxis, buses y busetas, vehículos particulares, carromulas, carretillas, ciclistas, camiones repartidores de bebidas, peatones y todo lo que se mueva hacen parte del panorama de la entrada del barrio La Esperanza, sector Bazurto, un lugar donde reina la ley del más fuerte y atrevido.
Ese sector, donde confluyen cuatro vías con sus correspondientes tráficos, es, ahora mismo, una especie de tierra de nadie, donde impera la anarquía en cuanto a controles de tráfico se refiere, a pesar que es usada por cientos de conductores que usan la calle de La Quinta para evitarse el trancón del mercado de Bazurto y retornar a la avenida Pedro de Heredia por el sector de “El Perrito” o por la subida de La Popa.
En la entrada a La Esperanza, la preferencia no la tiene nadie. Los motociclistas y mototaxistas transitan en contravía, tanto si van solos o acompañados; se atraviesan y no le dan el paso a nadie. Lo propio hacen los conductores de los camperos colectivos, para quienes no parece haber ninguna norma de tránsito que los regule. Paran a dejan y recoger pasajeros en cualquier parte, sin importarles los trancones que forman. También es usual observar cómo buses y busetas se desvían de la avenida Pedro de Heredia para hacer lo mismo que hacen en esa vía: parar donde quieren a dejar y recoger pasajeros. De todos modos, y a pesar de la congestión, la vía es un poco más rápida que la avenida Pedro de Heredia, sector Bazurto, donde por la estrechez de la vía debido a los trabajos del tramo de Transcaribe, los congestionamientos vehiculares son constantes.
FALTA AUTORIDAD
Sin embargo, la falta de autoridad es evidente. En ese sector de la ciudad no se observa un agente de policía ni de tránsito.
Sobre esto, un vocero autorizado del Datt dijo que eso es verdad por los peligros a que se exponen los agentes de tránsito cuando tratan de regular el tráfico en es parte de Cartagena.
Comentó que en más de una ocasión, estos han sido amenazados con armas blancas y rodeados por decenas de conductores en general cuando a alguno de ellos se le llama la atención. “En esa parte de la ciudad, el Datt no puede actuar solo, sino que debería estar acompañado de agentes de Policía”, reconoció el vocero de esa entidad.
Por ahora, y mientras las autoridades toman medidas, los conductores que osen transitar por esa parte de Cartagena deberán llevar los ojos abiertos y la paciencia a flor de piel.
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