Con balaustres podridos, tablones separados, con carbonatación (hierro oxidado), trozos de muros caídos, grietas en las placas, cornisas deterioradas y con la fachada como la de una ‘casa del terror’. Así lucen muchos balcones coloniales y republicanos en el Centro Histórico. (Lea también: S.O.S por balcones y casas en mal estado en el Centro Histórico).
La belleza arquitectónica de estas edificaciones ha ido desapareciendo. En unas, por la falta de mantenimiento y compromiso de sus dueños para conservar el patrimonio; en otras, por la carencia de recursos para acondicionarlas y restaurarlas; y en muy pocas, por la astucia de sus propietarios que las miran como 'lotes de engorde' y no les invierten esperando que las edificaciones vecinas se valoricen para pedir jugosas sumas de dinero por la suya.
Eluniversal.com.co recorrió más de 15 calles del cordón amurallado (Don Sancho, Las Damas, Carretas, Colegios, El Arzobispado, Estanco del Tabaco y Chichería, entre otras) y recopiló en fotografías el estado de los balcones. Le contamos qué está haciendo el Instituto de Patrimonio y Cultura (IPCC) para que los inmuebles no terminen en obras ruinosas, y cuáles son las sanciones a las que se enfrenta un propietario si no restaura su casa considerada bien de interés cultural.
Debate en el Concejo
El tema de los balcones en inminente riesgo de colapso ya había sido llevado a la palestra pública por el concejal Ronald Fortich Rodelo en una sesión de la corporación, donde con fotografías se evidenció el peligro que representa para los transeúntes estos inmuebles en avanzado estado de deterioro.
"Me sorprendió y me llamó la atención el estado de algunos balcones y decidí hacer un recorrido y encontré que muchas casas están en ruinas, unas muy descuidadas, y otras también en remodelación que no está acorde a las normas urbanísticas. Lo que no alarmó y nos llevó también a investigar fue la queja de un ciudadano que iba pasando por la calle Quero y le cayó una maceta a su carro", apuntó Fortich. (Vea también: Les cayó una maceta en el carro cuando se movilizaban por el Centro de Cartagena).
Aunque no se tiene una fecha exacta, en octubre este tema será debatido en el Concejo Distrital.
En riesgo de colapso
El IPCC señala que desde que se inició el mandato de Manuel Vicente Duque se está haciendo un barrido para identificar cuáles son los inmuebles que están en ruinas. Este año se han hecho 87 visitas de inspección.
"Estamos haciendo una valoración de cómo está el tema patrimonial, especialmente lo que tiene que ver con lo material y bienes inmuebles en el Centro Histórico y su periferia. Nuestro equipo técnico de Patrimonio permanentemente están haciendo recorridos identificando cuáles son las falencias, debilidades y posibles fallas, bien sea en las casas, obras de restauración u obras nuevas", precisó la directora de la entidad, Berta Arnedo Redondo.
Del 2013 a la fecha -de más de 2.000 predios que tiene el Centro- se identificaron 105 inmuebles deteriorados, la mayoría con procesos legales. Sin embargo, algunos ya están siendo restaurados.
El último reporte entregado por el IPCC da cuenta de 30 balcones en avanzado estado de deterioro. 14 de estos están estado crítico y si no se intervienen con prontitud en cualquier momento pueden venirse abajo, según advirtió el ingeniero estructuralista de la entidad.
Para Arnoldo Berrocal Olave, ingeniero civil, especialista y master en estructuras y sismicidad, y doctorante en restauración del patrimonio, otros de los agentes que han propiciado el deterioro de los edificios coloniales y republicanos, son las macetas que generan humedad, las heces de las palomas que producen ácidos y la erosión que provoca que los balcones empiecen a perder resistencia y rigidez.
Y esto no es letra muerta. Los años están pasando la cuenta de cobro a las casas. En mayo de este año en la segunda calle de La Magdalena, en el tradicional barrio de Getsemaní, se desplomó una vivienda que estaba siendo remodelada. (lea también: Se desplomó casa en construcción en Getsemaní y arrasó con dos postes).
De 2013 a 2015 han sido recuperados de las ruinas 20 edificaciones del Centro Histórico y toda su periferia.
¿Qué está haciendo el IPCC?
Algunos inmuebles del Centro Histórico son exonerados del pago de impuestos tributarios y otros son estimulados para el mantenimiento de los mismos (deben estar bien conservados y su uso solo debe ser residencial).
La directora del IPCC indicó que cuando una edificación está en ruina o deteriorada, lo primero que hace el Distrito, con apoyo de la Secretaría de Hacienda, es verificar la referencia castastral para luego exhortar a los dueños a que restauren su bien patrimonio.
"Son unas etapas que hay que cumplir, no podemos sancionar enseguida. Tenemos que identificar a los dueños, hacerles un llamado oficial y formal, revisar su estado tributario para saber si podemos proceder con embargos o sanciones, y conminarlos a que presenten ante el comité técnico un proyecto de recuperación de su casa”, anotó la funcionaria.
A los propietarios se les da un plazo perentorio de entre 15 y 30 días para que acaten las recomendaciones. Si cumplido ese término no se acogen, se inician los procesos administrativos sancionatorios.
Pero, ¿Qué pasa con aquellos inmuebles a punto de colapsar que no aparecen los propietarios o están fuera del país y ha sido imposible establecer contacto? Johana Anaya Manzur, asesora jurídica de la División de Patrimonio, explicó que no existe una medida coercitiva que le permita al Distrito actuar de manera inmediata frente a estos casos, sin embargo después de agotar todos los medios para hallar al dueño, la multa termina recayendo sobre el último propietario que aparece registrado en el certificado de tradición y libertad.
"Buscamos todas las herramientas legales para encontrar a los propietarios. En el evento de que alguno de estos no aparezca adelantamos un proceso contra el último que aparezca registrado en el certificado de libertad y tradición. Le notificamos la medida por edicto y de llegar a surtirse todas las etapas procesales respetando los tiempos de ejercicio del derecho de contradicción, si aún no aparece el propietario será sancionado con una multa de hasta 100 SMMLV y la orden de restauración inmediata del inmueble", detalló Anaya.
De no pagarse la multa el Distrito puede solicitar el embargo y secuestro del bien, terminando esta acción con el remate del predio por vía judicial.
Y son precisamente los vacíos que tiene la norma los que pretenden ser corregidos en la actualización del Plan Especial de Manejo del Centro Histórico (PEMP), que según ha dicho el IPCC, en octubre de este año debe estar revisado y en el despacho de planeación.
¿Y las multas?
El Acuerdo 001 de 2003, expedido por el Concejo Distrital, menciona en su artículo 58 que "Los poseedores de dicho patrimonio están obligados a su adecuada conservación y a impedir la destrucción, división o disminución de los mismos y a permitir su uso con fines investigativos y de difusión cultural sin menoscabo de la protección de los datos de carácter personal de acuerdo con las disposiciones legales vigentes".
Existen dos multas por el incumplimiento al deber de conservación del patrimonio. La primera es la leve, que va entre 1 y 10 Salarios Mínimos Mensuales Legales Vigentes (SMMLV) y la segunda es la grave, que es de 80 a 100 SMMLV.
De acuerdo al grado de deterioro del inmueble se impone la multa, que no sólo obliga al propietario a pagar una sanción económica sino a reparar su casa totalmente.
Hasta el momento ningún propietario ha sido sancionado este año por descuidar o no hacer mantenimiento a su casa colonial o edificio republicano.
Expertos como la arquitecta restauradora Alicia Castellar Herrera, opinan que en el PEMP el IPCC debe trazar una hoja de ruta clara y que apunte directamente a ejercer control sobre cada uno de los problemas que se tienen con el patrimonio, garantizando la conservación tanto de lo material como lo inmaterial.
Y en este documento no sólo debe buscar poner en cintura a los propietarios de las edificaciones que parecen estar ubicadas en 'la tierra del olvido', por el estado de su fachada, sino a aquellos extranjeros que con construcciones pretenden imponer su ley pasando por encima de las normas urbanísticas.
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