Pese a que la Oficina de Gestión del Riesgo del Distrito informó hace un mes sobre la necesidad de reubicar temporalmente al menos a 80 familias residentes en zonas de alto riesgo en Cerro de Albornoz (60), Lo Amador (11) y La María (9), hoy son muchas las que permanecen en sus viviendas. Lea aquí (80 familias deben salir de sus casas: Gestión del Riesgo)
Laura Mendoza, jefa asesora de la Oficina de Gestión del Riesgo del Distrito, explicó que con la realización de censos y caracterizaciones en los barrios mencionados las cifras han ido cambiando. En el primero ni siquiera se ha podido censar a la comunidad.
“En Cerros de Albornoz no hemos reubicado a nadie todavía porque la comunidad no ha permitido la caracterización de las familias que están en riesgo. Se niegan porque quieren quedarse en la zona. Están asentados sobre tuberías que deben ser intervenidas por Aguas de Cartagena, las cuales si llegan a estallar pueden ocasionar una afectación enorme en cuanto a vidas humanas”, afirmó Mendoza.
De Lo Amador, Mendoza dijo que “son 29 viviendas las que hemos caracterizado, de las cuales se priorizaron 16 familias por estar en peligro inminente. De esas solo cuatro aceptaron el subsidio de arriendo, y las otras 12 no lo aceptaron porque consideran que el monto es muy bajo y con él no pueden conseguir dónde vivir”.
“De las cuatro que aceptaron el subsidio -precisó- dos ya salieron de las viviendas y además llevaron el contrato de arrendamiento que se requiere para incorporarlos en el programa de subsidio de arriendo que maneja el Distrito”.
Caso grave en La María
La funcionaria manifestó que en La María, sector Hábitat 89, “se encontraron en zona de riesgo a cinco familias, todas aceptaron el subsidio de arriendo y nos llevaron el contrato de arrendamiento, pero al salir a monitorear la zona notamos que las familias no abandonan los predios”.
Resaltó que “hay un caso particular, que es el de la señora Catalina Altamiranda. Su casa está sobre un barranco a punto de desplomarse, y a pesar que sabe el peligro que corre, tiene el subsidio de arriendo y sale de la casa en nuestra presencia, cuando regresamos a hacer el monitoreo la encontramos nuevamente en la vivienda. Es una preocupación para la oficina porque es una de las personas que está en mayor riesgo. Su vivienda puede colapsar en cualquier momento”.
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