Isabel II cierra la celebración del Jubileo en el balcón de palacio

La reina Isabel II cerró el martes con una aparición en el balcón de su palacio de Buckingham ante una muchedumbre enfervorizada el fastuoso maratón festivo por su Jubileo de Diamante, en la que sólo faltó su esposo el príncipe Felipe. (Lea más sobre: Isabel II celebra este fin de semana su Jubileo de Diamante)
Ausente el duque de Edimburgo, hospitalizado la víspera por una infección de vejiga, la reina estuvo arropada en el balcón decorado con tercipelo rojo por el príncipe Carlos y su esposa Camila, Guillermo y Catalina y por Enrique, mientras saludaba sonriente a los británicos y turistas que la aclamaban.
Varios aviones surcaron el cielo en vuelo rasante dejando una estela con los colores blanco, azul y rojo de la bandera británica, antes de que la Guardia de la Reina disparara en el patio un "fuego de júbilo" con sus fusiles.
La reina llegó al palacio acompañada de Carlos y Camila tras asistir a una almuerzo en su honor en las casas del parlamento, en la misma carroza descubierta que utilizaron Guillermo y Catalina el día de su boda, hace poco más de un año.
La joven pareja les siguió con el príncipe Enrique en otro carruaje para este recorrido por las atestadas avenidas de Whitehall y del Mall, engalanadas de Union Jacks, cuando empezaban a caer sobre la capital las primeras gotas de lluvia.
A pesar de las largas horas de espera, los admiradores de la reina, pertrechados con todo tipo de accesorios patrióticos, estaban entusiasmados.
"Ha sido fantástico (...) Esto en el Reino Unido lo hacemos realmente bien", dijo Jill Davies, una mujer de mediana edad llegada de Suffolk (este), después de haber visto pasar a la reina por delante de Downing Street, la residencia oficial del primer ministro.
Sesenta salvas de cañón saludaron la entrada de la reina al palacio, donde le esperaba la guardia real formada en el patio.
Antes de poder descansar de estos cuatro días de festejos, la soberana todavía debe dirigir esta tarde un mensaje de agradecimiento a sus alrededor de 60 millones de súbditos británicos y al resto de países de la Commonwealth.