Lady Gaga y su pop show de lo grotesco

Lady Gaga en escena es la mezcla perfecta de sus múltiples influencias pero que han pasado por un filtro oscuro, incluso grotesco, lo que le ha dado la identidad y ser una de las piezas claves del mundo pop en los últimos cuatro años.
Así lo demostró en el estadio El Campín este martes, cuando realizó el único concierto en Colombia dentro de su gira “Born This Way Tour Ball”, una de las más aclamadas y exitosas de los últimos años.
Desde muy temprano en la mañana los seguidores de la llamada “Mother Monster” se empezaron hacer presentes en las cercanías del estadio de fútbol. La policía, que dispuso de dos mil de sus miembros para mantener la seguridad del evento, los ubicó en un lugar especial para no generar desorden alguno y garantizarles que ellos, al filo de las cuatro de la tarde, tuvieran la oportunidad de ser los primeros en acceder a El Campín.
Se montó un dispositivo de seguridad que se extendió por varias calles alrededor del estadio, lugares en los cuales también se instalaron dispositivos para verificar que el espectáculo no excediera los límites de ruidos permitidos por la Alcaldía Mayor de Bogotá, como sucedió con el espectáculo de Paul McCartney.
Mientras los miles de fanáticos hacían su ingreso y se ubicaban en las diferentes localidades dispuestas dentro de El Campín, podían disfrutar de un set musical de la a DJ estadounidense Lady Starlight, y más adelante de los británicos de The Darkness, estos últimos merecedores ya de visitar Colombia con un espectáculo propio, por su calidad y potencia musical en escena. Sin duda el mejor preámbulo para la llegada de la reina oscura.
Pese al frío característico de las noches capitalinas, el ambiente se calentaba poco a poco, más con los coros que llamaban a la artista, !Gaga, Gaga¡ los cuales fueron silenciados al filo de las nueve de la noche cuando es escenario se oscureció y ella hizo su aparición en él.
Con un escenario, un castillo medieval del cual ella apareció en un corsel y rodeada de una especies de gárgolas de alas negras y ella completamente cubierta por un velo negro. Así, se inició este espectáculo memorable, no apto para todo público, junto con una impresionante banda de músicos y bailarines que generan un show pop como pocos se han presentado en Colombia. Claro, a la espera en pocas semanas de la llegada de Madonna a Medellín.
En diferentes partes del castillo los músicos, una banda impecable que seguía una a una las locuras de la artista de cabello rosa.
Realmente es un espectáculo al cual le sobra las poses abiertamente sexuales que tenía junto a sus bailarines.
Cada canción con su propio vestuario, alguno futurista, otro de grandes firmas de diseño e incluso en Bad Romance apareció con una mascara de un fauno blanco.
Aunque sea pop, pese a estar influenciada por las tendencias góticas y el arte Gore, su espectáculo es propio, único, sin dejar de lado, ni ocultar, quizás a manera de homenaje, algunas de las influencias que han marcado su carrera artística.
Así, hay momentos en que las formas particulares de David Bowie aparece en escena, así como el glamour y la fuerza de Madonna, junto a la honestidad brutal del “Jefe del rock”, Bruce Springsteen, la pulcritud coreográfica de Michael Jackson, el estilo y la fineza y de Prince e incluso el desparpajo de Cyndi Lauper, sólo por mencionar algunos.
Uno de los momentos más emotivos de la noche fue cuando le empezaron a lanzar regalos al escenario, y decidió colocarse un poncho , subir a dos de sus fanáticos a cantar con ella.  Cerca de dos horas duró su espectáculo con altas dosis de complejidad en sus coreografías como lo demuestra en “Telephone” y “Love Game”, con una gran variedad de vestuarios de todo tipo, siempre únicos, siempre ella, en donde quizás sólo faltó el famoso vestido de carne. Todo esto con un particular estilo de iluminación, lejos de lo tradicional en el mundo de los espectáculos pop.
El show podría catalogarse más como un espectáculo de teatro musical conceptual que un concierto, que en ocasiones llega directamente a lo grotesco, con un momento cumbre, intenso y clave del espectáculo, al ser devorada por monstruos (bailarines), para hacer su aparición, o mejor, su resurrección, bañada de sangre para interpretar “Monster”.
Pero no todo era rudeza y adrenalina. Llegó el momento de la calma, de demostrar sus dotes como pianista, dejar ver que es una artista integral más allá de las luces, los alocados vestidos y sus bailarines, ella, frente aun instrumento, podía conmover a todos los asistentes al interpretar “Americano”, “You & I” y “Born this Way”.
Es una mujer que más allá de sus canciones tiene mucho qué decir y lo expresa en cada uno de sus espectáculos, casi siempre en la defensa por “aceptarse a uno mismo”, como lo dicta en una de sus canciones. Lady Gaga puede ser un exitoso producto del marketing pop en la actualidad, pero a la vez una mujer y artista con voz propia, aceptando claramente que ella es famosa y exitosa, gracias a sus fanáticos.
El cierre sencillamente genial, con una descarga de algunas de sus canciones más enérgicas mezcladas con algunos de sus éxitos, como “Alejandro”, donde impresionó con una fuente de la cual ella aparece con un ángel que lanzaba llamas, junto a temas como “Poker Face” y “Paparazzi” con la llegada al escenario de un inmenso monstruo marino, para luego pasar por éxitos como “Bad Romance” y la versión completa de “Born This Way”.
Un memorable espectáculo de la artista pop del momento que no sólo quiere ser una moda efímera en el género, sino que busca dejar huella, trascender como lo han hecho otros artistas, en especial la soberana del pop, Madonna, a la que ya los colombianos están esperando. (Lea más noticias relacionadas con Lady Gaga)