Mujeres, reinas de la noche y de la paz

Fue una noche apoteósica. Histórica. La Noche de las Mujeres. Ellas se tomaron la ciudad y demostraron que saben divertirse y convivir en paz. Que les sobra tolerancia, valentía y entereza. El comandante de la Policía Metropolitana, coronel Carlos Mena, era el sábado un jefe policial feliz. Estaba emocionado por el gran ejemplo que dieron las mujeres. No era para menos. Durante la celebración de la Noche de las Mujeres no hubo un solo caso de sangre en la ciudad. Cero homicidios, cero agresiones, cero heridos en riñas, cero lesionados en accidentes de tránsito. Los hombres se quedaron en casa, las mujeres se fueron a divertir y la calma reinó por todos los rincones de la ciudad. El coronel Mena asocia la reducción del 100 por ciento de la criminalidad al hecho de que las mujeres fueron las dueñas de la noche del viernes. Incluso, se atreve a decir que “la delincuencia masculina no salió, se quedó en casa, por eso se vivió este viernes tranquilo, histórico”. Las mujeres se congregaron para celebrar su noche en dos puntos: la histórica Plaza de la Aduana, en el corazón de la ciudad de piedra; y en la avenida Pedro de Heredia, en el sector del centro comercial La Castellana. En la plaza se concentraron unas 4 mil mujeres. Un número parecido se reunió en la ciclovía y rumbaterapia de la Pedro de Heredia. Llegaron mujeres de todos los barrios. En el Centro Amurallado una mujer dijo a voz en cuello que ella había dejado a su marido en la casa, que éste, juicioso, le dijo que le iba a preparar la cena, y que, además, le prometió que le guardaría un par de cervezas en el congelador para cuando ella regresara. La plaza, atestada, celebró el testimonio de la mujer y le brindó un atronador aplauso. “¡Vivan las mujeres!”, gritaban muchas. Había mujeres de todas las condiciones sociales, edades, talantes. Como Josefina Baena, de 23 años, quien se fue con su hija a disfrutar la noche. Ella es una Vale del Almirante Padilla, un programa social y educativo de la Alcaldía. Ella, madre soltera y llena de valor soltó un testimonio que puso eufórico a las asistentes. Ella dijo que estaba sacando a su hija adelante y que “no necesito de un hombre para surgir en la vida con mi niña”. Otra joven también tomó el micrófono y recitó una bella poesía, dando una demostración de virtudes artísticas que conmovió a las mujeres presentes. La Alcaldesa Judith Pinedo estaba orgullosa del gran ejemplo que estaban dando sus congéneres. Felicitó no sólo a las mujeres, sino que pidió aplausos y vivas para los hombres, que respetaron la noche de las mujeres y que en su gran mayoría acataron el decreto que los conminaba a quedarse en casa, mientras sus compañeras se apropiaban de la ciudad y de los quehaceres nocturnos. En la avenida Pedro de Heredia el Ider organizó un evento recreativo y deportivo que sobrepasó las expectativas. Cientos de cientos de mujeres hicieron ejercicios, bailaron, manejaron bicicleta, caminaron. A ellas también la Alcaldesa Pinedo las acompañó. Las felicitó. Y las invitó a seguir dando ejemplo a la sociedad. Tras la jornada, no sólo ellas pidieron a gritos que se repitiera la noche sólo para mujeres, sino también muchos hombres se mostraron de acuerdo. Un periodista que cubre las noticias judiciales en Cartagena estaba gratamente sorprendido del viernes tranquilo que se vivió. “Hay que decirle a la Alcaldesa que todas las noches de los viernes sean para las mujeres, así se reduce el crimen, qué bueno”, dijo. A las dos de la mañana, tal como vinieron, en orden y en paz, muchas mujeres retornaron a su hogar. Le dieron a la sociedad un ejemplo vigoroso de convivencia, de coherencia, de tolerancia, de respeto por los demás. Fue su gran noche, la Noche de las Mujeres.