Sentarse en las bancas del Parque Bolívar ya no es lo mismo. Antes era un escenario limpio, despejado de toda maleza y acogedor, tal como lo recuerda Ernesto Rodríguez, un lustrador de zapatos que se gana la vida allí desde hace 43 años y quien aseguró que este lugar es especial porque en él conoció a su esposa, con quien tiene dos hijos y cinco nietos.
El lustrador y quienes frecuentan el parque coincidieron en que este espacio de esparcimiento se convirtió en el refugio de los habitantes de calle y afirmaron que los malos olores y el desaseo le arrebataron la armonía.
Allí todavía se escuchan los cuentos de los abuelos y se alimentan las palomas, pero quién diría que la frondosa vegetación que lo acompaña y el monumento de Simón Bolívar servirían de dormitorio y sanitario de muchos indigentes.
Sucios y mal olientes
Algunos de los visitantes del Parque Bolívar fueron entrevistados por El Universal y señalaron que es difícil disfrutar del lugar por la presencia de los habitantes de calle: “están sucios y la mayoría de las veces huelen muy mal. Piden comida y algunos hasta se molestan si no les das limosna”, señaló David Reales, quien acostumbra a reposar en el parque después de sus jornadas de trabajo.
Otra de la situaciones denunciadas por los ciudadanos es que los habitantes de calle usan las bancas para dormir, sobre todo en las noches.
Vicente Rodríguez, otro visitante asiduo, manifestó que “debe existir una política para resolver esta situación, que las autoridades tomen medidas en el asunto. Muchas de estas personas han caído en situaciones penosas desde niños, debido al consumo de sustancias alucinógenas y ahora los ves haciendo toda clase de desmanes”.
“Aquí no solo se ven los indigentes, también están personas en condición de discapacidad que llegan a pedir dinero. Le pedimos a las autoridades que vengan y observen como se encuentra este y otros parques”, manifestó el visitante Pedro Osuna.
Participación Ciudadana dice estar trabajando
María Elvira Márquez, secretaria de Participación Ciudadana y Desarrollo Social, explicó que para abordar esta problemática se debe diferenciar entre habitante de calle, mendigo e indigente. “El habitante de calle no tiene dónde vivir y se vale de cualquier cosa para subsistir; en cambio los mendigos tienen su hogar, pero han tomado por costumbre pedir limosna. El término ‘indigente’ es la combinación de ambas, a veces tienen lo necesario y otras veces no”, explicó la secretaria.
La funcionaria precisó que en el Parque Bolívar están diferenciando las situaciones en las que se encuentra quienes permanecen ahí, para tomar medidas pertinentes.
“Estamos trabajando con un equipo psicosocial para convencer a los habitantes de calle a acudir a nuestros servicios en el hogar de paso en Ceballos (...) pronto tendremos una sede cerca del Mercado de Bazurto donde también podrán recibir atención”.
¿Y el mantenimiento?
El director de Apoyo Logístico del Distrito, Alberto Morales Ordóñez, le manifestó a El Universal que a partir de la próxima semana pintarán las instalaciones del Parque Bolívar, esto incluye las paredes y las rejas que rodean el lugar. “Hace dos semanas instalamos dos baños portátiles y ahora estamos en proceso de hacer una contratación para reparar el problema hidráulico de la fuente”, señaló Morales.
Por otra parte, un vocero del Concurso Nacional de Belleza (CNB), entidad encargada de cuidar las zonas verdes y de apoyar el mantenimiento de las esculturas del espacio público del Centro Histórico, indicó que el 2 de febrero pasado empezó la adecuación y sostenimiento del monumento de Simón Bolívar, del parque en mención.
Este medio intentó comunicarse con el Instituto de Patrimonio y Cultura de Cartagena (IPCC) para consultarle sobre el estado del Parque Bolívar, pero no se obtuvo respuesta.
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