Ayer la tarde de Cartagena fue gris. No solo porque el cielo se tornó plomizo, sino porque los cartageneros le dieron su último adiós a un hijo ilustre. El maestro, abogado, periodista, amigo, consejero, oráculo, asesor y otros muchos calificativos que llegan a la mente cuando se recuerda a quien hasta ayer estuvo entre nosotros, Héctor Hernández Ayazo.
En la Funeraria Lorduy se realizaron las exequias y en la Ermita del Pie de la Popa la sentida eucaristía para despedir al hombre directo, certero en sus apreciaciones y recto en su andar. Así lo recuerdan quienes lo conocieron:
“El recuerdo más vivo es la permanencia ininterrumpida de nuestra hermandad. Fuimos dos hermanos de los mas cercanos, no nos separamos mucho tiempo de la ciudad. Tuvimos la coincidencia de estudiar la misma posición, de llevarnos poca distancia de edad. Antes de hermanos fuimos unos extraordinarios amigos hasta el último momento”. Erath Hernández, hermano.
“Era un ser íntegro, en toda la extensión de la palabra. Era un hombre supremamente inteligente y no limitado a un solo tema. Era de una inteligencia general como muy pocas podemos ver hoy. Yo lo califiqué en muchas oportunidades como el mejor abogado de Colombia y una persona de las más altas calidades. Fue mi socio, mi amigo y mi maestro. Sin mentir, a la persona a quien le debo estar en la posición profesional en la que est e incluso en la posición personal. La bendición más grande que ha llegado a mi vida es conocer a Héctor Hernández Ayazo, haber sido parte de su equipo, haber estado dentro de sus afectos y tenerlo para consultarlo constantemente. Sin duda alguna ha sido una gran pérdida para Cartagena y para los juristas colombianos”, expresó Enrique Del Río González, socio.
“Recuerdo su gran rectitud. Las precisiones o exigencias las hacía de una forma ejemplar. Regañaba y aclaraba mediante ejemplos. Muy serio. Con él trabajé en El Universal alrededor de seis años en la unidad investigativa, pues con él aprendí criterio profesional del periodismo, la rectitud, no tomar partido de un lado sino mirar todas las aristas de los casos”, dijo Rafael López, ex trabajador de El Universal
“Recuerdo su rectitud, su lógica para ver la vida, recuerdo su erudición que la sacaba a relucir en cualquier momento, en el momento que nadie se lo esperaba él salía con unos apuntes que dejaban a todo el mundo perplejo. Recuerdo que es el hombre más recto que he conocido en mi vida. A mi personalmente me ayudó a formar, a tomar decisiones porque yo pues tenía venti pico de años, a enrumbar la vida. Siempre tenía un consejo sabio para la gente. Fue docente toda la vida, él hablaba y te estaba dando a ti enseñanzas. Le cayó mal a muchos porque es el único editorialista que tomaba partido. Era un hombre totalmente serio en sus apreciaciones”, Aníbal Teherán Tom, periodista.
Por su parte, Gerardo Araújo Perdomo, gerente de Editora del Mar S.A. pronunció unas sentidas palabras en la eucaristía.
“Su paso por la dirección de El Universal marcó una época muy especial y muy productiva en la vida del diario. Conformó la unidad investigativa y trabajó incansablemente junto a su equipo de colaboradores para denunciar cuanta maniobra oscura se tejía en la ciudad con evidencia clara e incontrovertible. Sus editoriales tenían fuerza, claridad y argumentos sólidos, y ponían a pensar a la comunidad.
Además, dejó Héctor en la empresa una cultura de compañerismo sin igual, trataba a los periodistas y compañeros de trabajo con un cariño especial que hacía a todo el equipo del diario parecer más que una empresa, una familia.
Como columnista, siempre estuvo atento a poner el dedo en la llaga de la realidad local y nacional, denunciando las prácticas corruptas y deshonestas, condenando a quienes se lucran con los dineros públicos, a la par que destacando la integridad y aplaudiendo a quienes trabajaban por el bienestar colectivo y la calidad de vida de la gente”.
De otro lado el Concejo de Cartagena lamentó públicamente la muerte del abogado, columnista y exdirector de El Universal, Héctor Hernández Ayazo.
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