Se cumplen hoy 203 años del movimiento popular que dio como resultado la independencia de Cartagena de Indias del yugo español, acontecimiento enmarcado en la ya famosa fecha del 11 de noviembre de 1811.
Al año siguiente, los asentamientos humanos establecidos fuera del cordón amurallado decidieron conmemorar la fecha con danzas y disfraces en los que, según se cuenta, también participaban personajes prestantes de la ciudad, quienes aprovechaban la posibilidad del anonimato que les proporcionaban los disfraces, para juntarse con negros, mulatos, mestizos e indígenas, que componían la mayoría de la población en ese entonces.
Durante el siglo XIX, la celebración comenzaba con una misa, continuaba con un desfile en el que se elegía a la “Diosa de la libertad” y, por último, se enunciaban discursos en conmemoración de la fecha histórica.
Entrado el siglo XX la celebración fue cambiando de carácter, pues ya no sólo se hacían las conmemoraciones en el Centro Histórico sino que los barrios de los extramuros comenzaron a involucrarse paulatinamente, pues sus habitantes eran los mismos devotos de la Virgen de La Candelaria, quienes en febrero organizaban desfiles y comparsas de disfraces, que posteriormente trasladaron a las conmemoraciones del 11 de Noviembre.
Otros cambios importantes se dieron en la denominación de las conmemoraciones, que empezaron siendo un acontecimiento cívico y después se llamaron “Fiestas del 11 de Noviembre”; luego, “Fiestas novembrinas de Cartagena de Indias”, para llegar a “Fiestas de la Independencia”, como se les conoce desde hace unos pocos años.
De otra parte, desde finales del siglo XX anualmente se pone sobre el tapete la reiterada discusión de si en realidad los cartageneros siguen conmemorando la significación histórica que en un principio conllevaba la fecha en cuestión, o si en realidad se trata de un gran acontecimiento social, que se desarrolla dentro de tres o cuatro días cívicos, teniendo como fondo el Concurso Nacional de la Belleza.
Para algunos (tal vez la mayoría) la decadencia de las celebraciones es inocultable.
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