Doce meses de incapacidad han tenido serias y diversas repercusiones en la vida de Zulli Botero Solarte, la mujer que el año pasado denunció que mientras le practicaban una histerectomía en una clínica de la ciudad, le perforaron la vejiga en tres puntos diferentes.
Después del “incidente” del que Zulli responsabiliza al equipo médico que la atendió, esta auxiliar de enfermería tuvo que dejar de trabajar y en varias oportunidades estuvo hospitalizada por las recurrentes infecciones urinarias que sufre, producto de las lesiones en la vejiga (si no hay eliminación de orina o ésta es poca, el riesgo de infectarse es mayor).
Para Zulli era incómodo salir de su casa ya que las fugas orina eran frecuentes y llegó a necesitar hasta cinco paños desechables al día. La pesadilla no ha terminado.
Durante el año que Zulli estuvo incapacitada, dejó de ganarse alrededor de 10 millones 800 mil pesos, de su salario, con lo que cubre los gastos de sus dos hijas.
SOLA
Sociológicamente, la mujer de 38 años asegura que también se ha sentido muy afectada. Su autoestima quedó por el piso y darse cuenta de que como paciente no contaba con alguien que la respaldara, la enfrentó contra el sistema de salud y contra la ética de algunos especialistas ya que la Clínica donde fue operada nunca ha dado una respuesta contundente acerca de su caso.
Después de que Zulli decidió divulgar lo que le sucedió el 5 de febrero de 2014, debido a que su EPS no estaba siendo diligente con la segunda operación que necesitaba para corregir el daño que le habían causado, la Defensoría del Pueblo Regional Bolívar la contactó y uno de sus abogados ha acompañado el proceso de demanda que ella lleva contra la el centro hospitalario.
VOLVIÓ AL TRABAJO
Hace 20 días, Zulli se vinculó nuevamente a su trabajo, pero no pasó mucho tiempo para que tuviera volver a incapacitarse debido a una infección urinaria.
“Estuve cuatro días hospitalizada y aunque me siento mucho mejor después de la cirugía para corregir la fístula vesicovaginal, en octubre del año pasado, me da temor que por las infecciones tenga que incapacitarme y eso para ninguna empresa es bueno”, dice Zulli refiriéndose a su trabajo.
NO LE PAGAN LAS INCAPACIDADES
La novedad ahora, es que Zulli no ha logrado que el fondo de pensiones le pague las incapacidades que tiene pendientes y cuando se ha acercado a preguntar qué pasa, le dicen que es por culpa de su EPS.
“En Colpensiones me dicen que la Nueva EPS no pagó los 181 días de incapacidad y en la Nueva EPS me dicen que la falta de pago es responsabilidad de Colpensiones, entonces me están tomando del pelo hace tres meses y me dicen que debo esperar tres más y eso no se puede”, afirma la paciente.
Con relación a esta nueva queja, la Nueva Eps envió a El Universal información en la que especifica que la paciente Zulli Botero Solarte se encuentra como cotizante dependiente de la empresa para la que actualmente trabaja y “en ese orden de ideas y dando cumplimiento al artículo 121 del Decreto Ley 19 de 2012, dicho trámite para el reconocimiento de incapacidades por enfermedad general y licencias de maternidad o paternidad a cargo del Sistema General de Seguridad Social en Salud, deberá ser adelantado, de manera directa, por el empleador ante las entidades promotoras de salud, EPS”.
“En consecuencia, en ningún caso puede ser trasladado al afiliado el trámite para la obtención de dicho reconocimiento” y especifica que la EPS “ha reconocido a la empresa los primeros 180 días de incapacidad continua, en concordancia con lo que ordena la normatividad legal vigente al respecto, emitida por la Superintendencia de Salud que señala que: “las Empresas Promotoras de Salud EPS están obligadas a reconocer hasta 180 días de incapacidad consecutivos por un mismo concepto. A partir del día 181 el reconocimiento pasa a ser responsabilidad del fondo de pensiones en el cual se encuentra afiliado el usuario”.
Por su parte, Colpensiones, que también fue consultada por este diario, indicó que “los requerimientos de este tipo (hechos desde un medio de comunicación) entran en un orden y que la inquietud acerca del caso de Zulli ya fue “recogida” y es necesario esperar a que el área de Medicina Laboral emita una respuesta.
SEGURIDAD DEL PACIENTE
La semana pasada, durante la entrega de certificación en seguridad del paciente a 75 trabajadores del área de la salud, Eliana Guzmán López, subdirectora del Departamento Administrativo de Salud Distrital (Dadis), resaltó la importancia de que en Cartagena se realicen capacitaciones que beneficien a los usuarios de los servicios de salud.
“...Queremos comprometer a las IPS a que mejoren sus procesos y no solo piensen en cumplir con los criterios mínimos de habilitación para prestar los servicios, sino que enfoquen y se dirijan a mejorar los estándares de calidad y la seguridad del paciente. Que creen en sus instituciones los comités de seguridad del paciente para que se haga el análisis de eventos adversos y de incidentes, con el fin de evitarlos y lograr que no existan muertes por errores médicos en estas instituciones, lo cual redundará en un mejor servicio para toda la población”.
Según el Dadis, muchos incidentes se pueden presentar en una institución de salud, “desde la caída del paciente de una camillas, la mala administración de un medicamento o lo que le sucedió a Zulli; eventos que ocasionan un daño o una lesión y la idea es que esto no ocurra.
“En Cartagena no existen estadísticas de este tema (...) y es necesario que cuando haya una eventualidad se realice el estudio necesario que conduzca a planes de mejoramiento que eviten que dichos incidentes vuelvan a ocurrir (...) Sabemos que los trabajadores de la salud no tienen la intención de dañar a otro, por eso invitamos a las IPS a que hagan los análisis respectivos de este tipo de situaciones adversas”.
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