Audiencia relámpago para Berlusconi por caso Ruby

Berlusconi, de 74 años, es acusado de haber pagado los servicios sexuales de Ruby, apodo de la joven marroquí Karima el Mahrung, cuando tenía 17 años, y de haber intervenido ante la policía de Milán para que la liberaran, después de que fuera detenida por robo la noche del 27 de mayo. 
Ni el jefe de gobierno italiano ni la exuberante joven marroquí asistieron a la audiencia, que duró menos de 10 minutos y se llevó a cabo en la sala más grande del tribunal milanés, que suele ser empleada para los juicios contra las Brigadas Rojas, atestada por un centenar de periodistas acreditados. 
Berlusconi, a través de una carta entregada por uno de sus abogados a los jueces, aseguró que hubiera querido “participar” en la audiencia, pero que no le fue posible debido a “compromisos institucionales”. 
Según uno de sus abogados, Giorgio Perroni, Berlusconi tiene “la intención” de asistir a las audiencias pero depende de los compromisos “inaplazables” como primer ministro. 
Pese a la breve duración de la audiencia, una noticia clave sobresalió. 
Los abogados de la joven marroquí anunciaron que Ruby no se constituirá parte civil en el juicio, lo que significa que no se siente perjudicada judicialmente y que no testimoniará en contra del jefe de gobierno.  
“Ruby considera que no sería justo constituirse parte civil en el juicio porque estima que no sufrió daño alguno” por conocer a Berlusconi y haber sido invitada en varias ocasiones a las veladas organizadas en la residencia privada del mandatario, explicó su abogada Paola Boccardi. 
Tanto el mandatario como Ruby han negado haber mantenido relaciones sexuales, aunque la joven admitió que Berlusconi le dio 7.000 euros tras su primer encuentro. 
El primer ministro es juzgado siguiendo un procedimiento particularmente rápido previsto por el Código Penal italiano que se basa en “pruebas evidentes”. 
Pagar por sexo con una menor de 18 años es considerado un delito en Italia y es condenado con una pena que va de seis meses a tres años de cárcel. 
Tampoco se constituirá parte civil Giorgia Iafrate, la funcionaria de policía que se encontraba en la comisaría la noche que el primer ministro llamó personalmente para pedir la liberación de la menor. 
“Es un elemento significativo”, subrayó el abogado de Berlusconi, quien aseguró que “está convencido” de que el multimillonario político “es ajeno a los dos delitos”. 
La situación judicial de Il Cavaliere se complicó desde que el pasado 13 de enero la Corte Constitucional anulara parcialmente hasta octubre la ley que le garantiza la inmunidad al jefe de gobierno, una sentencia que implica la apertura de varios procesos pendientes, entre ellos otros dos por corrupción y fraude fiscal. 
Como último recurso, la Cámara de Diputados italiana adoptó el martes una resolución para evitar que Berlusconi sea juzgado por el tribunal milanés y  pidió que el caso pase al tribunal de Ministros. 
Las acusaciones contra Berlusconi, quien será juzgado paradójicamente por un colegio formado por tres magistradas mujeres (Carmen D'Elia, Orsola De Cristofaro y Giulia Turri), indignaron a medio millón que mujeres, que marcharon en febrero en varias ciudades de la península para protestar contra su visión “machista” del sexo femenino. 
Por ello, la asociación feminista Arcidonna solicitó al tribunal que sea considerada parte civil en el juicio. La respuesta deberá ser anunciada a finales de mayo. 
El jefe de gobierno rechaza sistemáticamente todas las acusaciones y sostiene que se trataba de fiestas “elegantes” con “comida, tres músicos y seis camareros”, el llamado “bunga-bunga” que organizaba en su residencia privada. 
Los abogados defensores de Berlusconi niegan también el cargo de abuso de poder y aseguran que Berlusconi intervino ante la policía porque estaba convencido de que la joven marroquí era “la sobrina del presidente egipcio Hosni Mubarak” y quería conservar las buenas relaciones con ese país.