La central obrera peronista argentina CGT, el mayor sostén político que le queda a la presidenta Cristina Fernández, organizó este viernes un acto multitudinario en el estadio Monumental, en una demostración de fuerza de cara a las presidenciales de 2011. "Los trabajadores tienen que dejar de ser un elemento de presión y convertirse en un instrumento de poder", dijo en su discurso el líder de la CGT, Hugo Moyano, junto a Fernández y su marido, Néstor Kirchner, ex presidente (2003-2007) y jefe del peronismo, ante unos 60.000 activistas, comprobó la AFP. La Confederación General del Trabajo (CGT), central mayoritaria en el país sudamericano, cuenta en sus filas con la mayoría de los trabajadores sindicalizados, sobre un total de 11 millones de asalariados, según cifras gremiales. La presidenta, al cerrar el mitin, expresó el "agradecimiento por la lealtad y por la inmensa responsabilidad que ustedes y sus dirigentes han evidenciado durante estos años", aunque sin dar pistas sobre quién será el candidato del oficialismo el año próximo. Tampoco están firmes las candidaturas en la oposición, ni en las distintas facetas del liberalismo vernáculo ni en las de fuerzas socialdemócratas. Fernández agradeció la lealtad, valor esencial en la cultura peronista desde su fundación el 17 de octubre de 1945, y dijo haber "conocido traiciones de las más profundas que se puedan conocer en el ejercicio de la primera magistratura". Sin mencionarlo, la mandataria aludió así a lo que el gobierno calificó esta semana de "traición" en el Congreso del vicepresidente Julio Cobos, uno de los líderes de la oposición y presidenciable por la socialdemócrata Unión Cívica Radical (UCR). Como presidente del Senado, Cobos desempató esta semana una votación en favor del proyecto opositor de elevar los salarios de los jubilados, ley que no entrará en vigencia porque Fernández la vetó de inmediato por considerar que significa la quiebra del Estado. Al respecto, Moyano invitó a "no dejarse engañar con esa ley", pero enseguida le hizo "una sugerencia a la presidenta. Simplemente decirle que ningún gobierno en los los últimos años hizo más por los jubilados, pero (...) hagamos un esfuerzo más para que estén un poco mejor". En su afán por no espantar a la clase media, que históricamente en Argentina desconfía de la CGT, Moyano pidió "que no nos tengan miedo (..) queremos que nos tengan respeto porque somos los que generamos la riqueza de la patria". El peronismo celebró este viernes el Día de la Lealtad, por la movilización obrera en 1945 para reclamar la liberación de Juan Perón, quien luego fue tres veces presidente argentino, pero en aquel entonces era un coronel arrestado por una dictadura que desconfiaba de su creciente poder. "Nos quieren hacer aparecer como sucios, malos y feos. Yo me baño todos los días (...) Y feos, bueno, es culpa de mamá y papá", dijo el líder cegetista con una ironía típica del folclore discursivo peronista. En otro momento, el jefe sindical exhortó a que "se dicte la ley revolucionaria de participación (de los trabajadores) en las ganancias", pero la iniciativa está casi archivada en el Congreso, luego de una fuerte resistencia de los sectores empresariales. La CGT, columna vertebral del peronismo desde su nacimiento, se opuso históricamente a todos los gobiernos que no respondieran a ese signo político.
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CGT argentina demuestra su fuerza de cara a presidenciales de 2011
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