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Costa de Marfil celebra elección presidencial tras 11 años de crisis

REDACCIÓN MUNDO

29 de octubre de 2010 11:16 AM

Siete años después de quedar dividida por una guerra civil, Costa de Marfil celebrará el próximo domingo unos comicios presidenciales cruciales que deben marcar la reunificación del primer productor mundial de cacao y poner fin a una década de crisis. Estos comicios enfrentan al actual hombre fuerte del país, Laurent Gbagbo, de 65 años, a su más viejo rival político, el ex presidente Henri Konan Bedie, de 76 años, y al ex primer ministro Alassane Ouattara. Gbagbo, elegido en 2000, aún está en el poder a pesar de que su mandato terminó hace cinco años, periodo en el que la organización de elecciones se pospuso seis veces en esta ex colonia francesa. El país está dividido en dos, con una fuerza militar de paz francesa y de la ONU patrullando una zona desmilitarizada entre el Norte, controlado por los rebeldes de las Fuerzas Nuevas (FN), y el Sur en donde manda el gobierno de Gbagbo. Desde 2007, cuando se alcanzaron los acuerdos de paz de Uagadugú, y a pesar de enfrentamientos ocasionales, un programa de desarme hizo que el gobierno marfileño del Sur volviera a tomar el control gradualmente de algunas zonas del Norte, aunque las tensiones perduran. El jefe de las fuerzas armadas, el general Philippe Mangou, hizo una advertencia el miércoles “a posibles alborotadores y a sus líderes en este crucial periodo de la historia de Costa de Marfil” diciendo que no habrá escondite posible en caso de incidentes durante la jornada electoral. Miles de tropas se están desplegando en el país para garantizar la seguridad de los comicios. La campaña electoral no estuvo marcada por actos violentos. Tras una década en el poder, Gbagbo espera encontrar una renovada legitimidad ante los electores. Henri Konan Bedie, que sucedió en el poder al “padre de la Nación” Felix Houphouët-Boigny, espera lograr su regreso a la presidencia luego del golpe de Estado, el primero del país, que lo derrocó en 1999. Outtara, de 68 años, ex primer ministro excluido de las elecciones de 2000 por un problema de nacionalidad marfileña, espera esta vez conquistar la presidencia. Considerado otrora como un modelo de estabilidad política en África, Costa de Marfil quedó a la deriva derrochando las ganancias acumuladas durante el “milagro marfileño” logrado cuando “el padre de la Nación”, el presidente Houphouet-Boigny, dirigió el país desde su independencia en 1960 hasta su muerte en 1993. La adopción el mes pasado de las listas electorales desencadenó pasiones nacionalistas y sobre identidad como las que le costaron a Outtara su candidatura a la presidencia en 2000. La comunidad internacional, incluido el Consejo de Seguridad de la ONU, alentó a las partes rivales a asegurar que la elección fuese “abierta, libre, justa y transparente”. El Consejo de Seguridad impuso este mes un embargo de armas y diamantes a Costa de Marfil, con la posibilidad de dejarlos sin efecto si las elecciones se desarrollan bien.

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