Los rebeldes y las fuerzas leales del coronel Muamar al Gadafi, debilitado políticamente por otra nueva dimisión, se libraban este domingo a un intenso combate a las puertas de las instalaciones petroleras de Brega (este).
Muamar al Gadafi sufrió este domingo un nuevo revés político y diplomático con la dimisión de uno de sus consejeros, Ali Tikri, ex ministro de Relaciones Exteriores y de Relaciones Africanas, que también representó a Libia en Naciones Unidas y en Francia. Tikri se entrevistó en El Cairo con el secretario general de la Liga Árabe, Amr Musa. Dimitió de sus funciones pero no dijo que se unía a los rebeldes que quieren derrocar a Gadafi, indicaron responsables de la Liga, que requirieron el anonimato.
El viceprimer ministro libio de Relaciones Exteriores y de Asuntos europeos, Abdelati Laabidi, ingresó por su parte a Túnez este domingo cruzando a través del puesto fronterizo de Ras Jdir, indicaron testigos a la AFP.
Es por este mismo camino que el jefe de la diplomacia libia, Musa Kusa, llegó a Túnez el 28 de marzo. Dos días después despegaba hacia Londres donde anunció su renuncia, un golpe duro para Gadafi.
En tanto, el secretario de Estado para las Relaciones Exteriores libio, Abdelati Obeidi, enviado del gobierno de Gadafi a Atenas, se reunirá el domingo por la noche con el primer ministro griego, Giorgos Papandreou, indicó la oficina del jefe de gobierno heleno, “tal como se lo pidió el jefe de gobierno libio” Al Baghdadi Ali Al Mahmudi durante una entrevista el sábado.
Al igual que los últimos días, los combates en el Este se concentraban alrededor de las instalaciones petroleras de Brega, a 800 km de Trípoli y a 240 km al sur de Bengasi, bastión de la oposición, según un periodista de la AFP.
Luego de tomar la Universidad del Petróleo, un enorme campus a la entrada de esta ciudad, los rebeldes tuvieron que replegarse por el intenso fuego de las fuerzas de Gadafi. Fuertes explosiones provenientes de las posiciones de las fuerzas gubernamentales resonaron en la zona, mientras que los aviones de la OTAN, cuyos bombardeos frenaron los últimos días el contraataque de las fuerzas leales hacia el este, sobrevolaban la región. “Estábamos en Brega, pero aún disparan con Kalashnikov. Nuestra gente va a ir y los pillará, seguro”, declaró Abdelkader Menefi, de 39 años, al borde de la ruta.
“La situación es buena, estamos en las puertas de Brega”, aseguró un militar que se presentó como un “coronel” de la rebelión pero que rehusó a que se citara su nombre. “El ejército del dictador se repliega, tendremos el control de la ciudad dentro de poco”, dijo. La región de Brega es escenario desde hace varios días de combates entre los hombres de Gadafi y los insurgentes. Tras haber avanzado rápido hacia el oeste hace una semana y luego retrocedido bajo la presión de los leales, los rebeldes retomaban la ventaja el viernes por la noche, ayudados por los ataques aéreos de la coalición internacional comandada por la OTAN.
Por primera vez desde el inicio de la intervención internacional el 19 de marzo, nueve rebeldes y cuatro civiles, entre ellos tres estudiantes de medicina que iban a ayudar a los heridos, murieron el viernes de noche en un ataque de la OTAN a 15 km al este de Brega. La Alianza Atlántica, que tomó el jueves el mando de las operaciones militares de apoyo a la rebelión, anunció el sábado que “examinaba” las informaciones sobre ese posible ataque erróneo.
Según un responsable político de Ajdabiya, a 80 km al este de Brega, un avión de la coalición abrió fuego contra un convoy de cinco o seis vehículos, entre ellos una ambulancia, después de que un rebelde disparara al aire con balas trazadoras, en señal de alegría.
Al suroeste de Trípoli, los habitantes de Ketla dijeron también que la ciudad fue atacada el viernes y el sábado con cohetes Grad de las fuerzas leales a Gadafi, dejando más de 30 muertos.
Del otro lado del país, una delegación de diplomáticos británicos llegó el sábado por la noche al bastión rebelde de Bengasi (este) para “entrar en contacto con personalidades, entre ellas del Consejo Nacional de Transición (CNT)”, órgano representativo de los rebeldes, según Londres.
Esta delegación llegó casi un mes después del envío de una primera misión británica el 6 de marzo a Bengasi que terminó abruptamente: los diplomáticos y los miembros de las fuerzas especiales británicas que la componían fueron detenidos por los rebeldes poco después de llegar en helicóptero. Tuvieron que abandonar Libia poco después.
La nueva delegación británica “se apoyará en el trabajo del anterior equipo e intentará obtener informaciones del CNT, sus objetivos y más ampliamente sobre lo que pasa en Libia”, explicó un portavoz del Foreign Office contactado en Londres.
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