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Despliegan seguridad en torno a escuelas de Acapulco por amenazas

AFP

04 de octubre de 2011 04:32 PM

Patrullas de policías con el fusil en guardia recorren los alrededores de las escuelas del puerto mexicano de Acapulco (sur), donde los maestros han retornado parcialmente a las clases tras casi seis semanas de paro en protesta por las amenazas de bandas vinculadas al narcotráfico. 
El gobierno del estado de Guerrero, al que pertenece Acapulco, asegura que la normalidad regresó a la mayoría de los centros educativos después de una huelga de maestros atemorizados por los mensajes de una banda del narcotráfico que amenazaba con atacar las escuelas si los maestros no pagaban una “cuota” (extorsión) por protección.  La parálisis que afectó desde agosto a las escuelas de este concurrido balneario turístico en la costa del Pacífico es quizá la expresión más fuerte de cómo la ola de violencia desatada por el crimen organizado y el operativo federal antidrogas, que ha dejado más de 41.000 muertes en los últimos cinco años, se ha colado en los centros educativos. 
Según un reporte del gobierno de Guerrero, el 90% de las 470 escuelas de Acapulco trabajó normalmente el lunes. Sin embargo, algunos dirigentes sindicales señalaron que el paro nunca incluyó a la totalidad de las escuelas y que el paro continúa en parte de ellas. 
La disidente Coordinadora de Trabajadores de la Educación en Guerrero (Ceteg) sostuvo que, de 127 escuelas que se habían declarado en paro, un 40% mantenía paralizadas sus actividades. 
En las calles que conducen a las escuelas en los barrios más pobres, como Ciudad Renacimiento y Emiliano Zapata, se mantenían este martes los patrullajes de la policía federal, que se realizan en el marco de un plan para proteger a los centros educativos. 
En la colonia Emiliano Zapata, una camioneta con policías parados en la caja (parte posterior), hacía su recorrido frente a las instalaciones de la escuela de secundaria técnica 117, donde las clases aún no se han reanudado. 
“La presencia de los policías es para darnos seguridad, pero no deja de haber miedo”, comentó ante los periodistas Rosa, madre de una menor de 13 años. 
El gobierno de Acapulco anunció la instalación de botones de alarma en 170 escuelas y la entrega de cien teléfonos celulares, para que los maestros o responsables escolares avisen a la policía en caso de problemas. 
Los docentes y el gobierno local lograron un acuerdo para reiniciar las clases el lunes, pero muchos enseñantes están temerosos de que las medidas tomadas no sean suficientes. 
“Vamos a esperar (hasta ver) cómo funcionan las cosas, pero existe mucho temor”, señaló Agustín Rodríguez, maestro de una escuela en la zona de Renacimiento. 
Acapulco, de 675.000 habitantes, se ha convertido en uno de los principales escenarios de la violencia desatada en México hace casi cinco años por las pugnas entre grupos del crimen organizado, especialmente entre varios grupos surgidos de la división del Cartel de los hermanos Beltrán Leyva, después que el capo del grupo Arturo Beltrán fuera abatido por militares en diciembre de 2009. 
La violencia que cerca a las escuelas en México llevó a que varios estados implementaran en ellas simulacros de ataques violentos para enseñar a los alumnos a reaccionar con calma ante las balaceras.

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