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El fantasma del terrorismo vuelve a rondar en Italia

AFP

29 de abril de 2013 02:55 PM

Los disparos el domingo contra dos carabineros frente a la sede del gobierno en Roma resucitaron el fantasma de los "años de plomo" de fines de la década del 70, cuando Italia sufrió una oleada de atentados y secuestros de carácter político.
La desesperación social que la crisis está provocando en Italia ha sido relacionada con el tiroteo del domingo, justo el día en el que el nuevo Ejecutivo del católico progresista Enrico Letta juraba el cargo en el palacio presidencial, a pocos metros de distancia.
"Demasiadas coincidencias trágicas e inquietantes para hablar sólo de la fragilidad de una persona", comentó la diputada progresista Rosy Bindi.
Los disparos de Luigi Prieti, un desempleado de 49 años, contra los carabineros --uno de ellos corre el riesgo de quedar paralizado--, recordaron a muchos editorialistas los atentados sangrientos organizados en la década del 70 por las Brigadas Rojas (extrema izquierda) e inclusive el secuestro del estadista Aldo Moro, hace 35 años, cuando estaba por iniciar el abortado primer gobierno de unidad nacional, como el que inauguró este lunes Letta.
"Los fantasmas que nos persiguen", escribió Giovanni Bianconi en el diario Il Corriere della Sera, tras reconocer que el clima "de plomo" que reinaba entonces era muy diferente al actual, aunque la crisis económica y el descrédito de los partidos resulta similar.
El principio de una escalada de la violencia protagonizada por radicales que encuentran un terreno abonado entre los millones de ciudadanos maltratados por la crisis económica rondó en las mentes de muchos italianos el domingo hasta que los noticieros informaron que se trataba de un hombre "solo y desesperado" por la falta de trabajo.
"Un suspiro de alivio" recorrió los palacios del poder, sostiene el editorialista.
El autor de los disparos, separado desde hace dos años, sin empleo y obligado a regresar a vivir con sus ancianos padres en el sur de Italia, era interrogado este lunes por los fiscales acerca de su gesto.
"No sé explicarlo, no sé", repite agobiado Prieti, acosado por los problemas familiares después de perder su trabajo en una empresa de materiales de construcción por la crisis.
Si bien los llamados "años de plomo", cuando el terrorismo político de todo signo dejó un saldo de 500 muertos y 2.000 heridos entre 1969 y 1978, parecen enterrados, la profunda frustración social contra la clase política sigue vigente.
Algunos políticos, como el alcalde de derecha de Roma, Gianni Alemanno, en plena campaña para la reelección, pese a las informaciones que tenía sobre el autor, aprovechó para fustigar indirectamente contra el rebelde Movimiento Cinco Estrellas, por sus diatribas antisistema contra los privilegios de la casta política.
"No podemos asombrarnos ahora si desde hace meses se insulta a los políticos", comentó desatando reacciones.
Ante los flechazos, el fundador del movimiento, el cómico Beppe Grillo, advirtió en su blog: "El M5E siempre ha estado contra la violencia".
El temor de una instrumentalización del gesto fue denunciado por el exalcalde de Roma, Walter Veltroni.
"Sería un grave error", escribió al intentar calmar el clima y evitar que se eche más leña al fuego en un momento tan delicado para el país.
"Insinuar que ese acto es el fruto de un discurso político en particular es una penosa tontería", denunció en el diario La Repubblica el escritor y periodista Adriano Sofri, protagonista de los años de plomo y quien pagó 22 años de cárcel como autor intelectual de un atentado contra un comisario de policía.
"Cuando se juega con el fuego y se lanzan anatemas contra todos, gestos de ese tipo pueden ocurrir", comentó por su parte Silvio Berlusconi, el magnate de las comunicaciones, aliado del gobierno.
El nuevo ministro del Interior, Angelino Alfano, delfín del multimillonario líder de la derecha, en su primer discurso tranquilizó a la opinión pública al hablar de un hecho aislado, aunque ordenó reforzar la vigilancia de posibles objetivos para evitar otros episodios parecidos.
Con una clase dirigente acusada de sordera ante los reclamos de la sociedad, la asociación contra los jugadores de azar aprovechó para pedir que se tomen medidas adecuadas, porque Prieti estalló por la adicción al juego, uno de los pocos sectores económicos que han crecido con la falta de empleo y oportunidades.

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