El fin de las corridas en Cataluña, una estocada económica para el sector

La prohibición de las corridas decidida ayer miércoles por el parlamento regional catalán tendrá consecuencias financieras para esta rica región del noreste de España, pero también para el conjunto del sector taurino español, ya en dificultades. Esta medida supone “una gran pérdida en un sector económico importante, que da de comer a muchas familias”, afirmó el torero El Juli este miércoles en el rotativo ABC, unas horas antes de la decisión. “La prohibición será económicamente desastrosa para Catalunya, y no sólo por las pérdidas directas”, declaró, por su parte, Eduardo Martín Penato, director general del lobby protaurino Mesa del Toro, al diario Público. Según la prensa, los protaurinos podrían acudir al Tribunal Constitucional y pedir una indemnización de 400 millones de euros. “Lo mismo que supondría construir seis hospitales, 100 escuelas o paliar el paro (...) en el sector de las infraestructuras”, declaró a El Mundo el diputado del Partido Popular (PP, derecha) Rafael Luna, que votó contra esta prohibición. Según un estudio de Vicente Royuela, profesor de economía en la Universidad de Barcelona, realizado para la Plataforma de Promoción y de Defensa de la Fiesta (PPDF) publicado en El Mundo, la indemnización eventual al sector taurino, que estima entre 300 y 500 millones de euros, tendría un coste de 57 euros para cada catalán. Este sector, que en España emplea a 40.000 personas y registra ingresos de varios miles de millones de euros cada año, ya se encuentra en un difícil contexto debido a que cada vez hay menos espectadores y a la severa crisis económica que sufre el país. Los espectáculos taurinos generan cada año más de 2.500 millones de euros de cifra de negocios y en 2009, 14 millones de personas acudieron a alguno de estos espectáculos en España, afirmó este miércoles Antonio Ramón Tejerina, consejero de la empresa de consultoría BDO, en una columna publicada en el diario La Gaceta. Hay también unos “altísimos ingresos colaterales e inducidos” por los espectáculos taurinos “fundamentalmente en los sectores del ocio y el turismo (hostelería, viajes, etc), subrayó, recordando de que lado está al hablar del “espectáculo más hermoso del mundo”. Pero, según El País, en 2009, sólo se organizaron unos 900 grandes espectáculos taurinos en España, 350 menos que en 2008. Y en Cataluña, sólo se celebraron 16 corridas en 2007, frente a las 37 de 2001, aseguró el estudio de la PPDF. La actividad está gestionada al 100% por empresas privadas. En Barcelona, más de 110.000 espectadores acudieron a las corridas en 2007, con entradas a un precio medio de 40 euros, “unas de las más caras de España”, según el estudio, que deduce de ello una cifra de negocio anual de al menos 5 millones de euros. La familia de Pedro Balañá, propietaria de la plaza de toros de la Monumental de Barcelona, dejará de ganar unos 250 millones de euros. El estudio considera que la región de Cataluña deberá pagar entre 50 y 150 millones de euros para comprar el coso, ahora inútil. Cataluña es la segunda región española que prohibe la tauromaquia después del archipiélago de las Canarias, que lo hizo en 1991.