“La elección es un derecho y la forma de expresar nuestra opinión”, destacó a la AFP Antonio Antero Matias, de 44 años, un barrendero municipal que se disponía a votar luego de terminar su turno en las veredas de la Avenida Paulista en Sao Paulo. “La clase trabajadora precisa de más cosas”, afirmó Matias al reclamar de los próximos gobernantes oportunidades de trabajo para las personas mayores de 40 años y también para los jóvenes que recién se insertan en el mercado. “Falta mucha calificación laboral, hay que enseñar una profesión a los jóvenes para que mantengan sus cabezas ocupadas y no hagan tonterías”, afirmó. En Sao Paulo -al igual que en Rio de Janeiro-, miles de personas desafiaron el día lluvioso para llegar temprano a los centros de votación, que desde las primeras horas registraban un continuo movimiento de votantes. “Ahora como permitieron el voto en tránsito para presidente (en otro estado que el del registro del votante), cumplí con mi misión de hoy a las ocho de la mañana y después vine a la feria”, dijo Leonilda Silvestrin, una jubilada de 63 años oriunda de Porto Alegre (Rio Grande do Sul, sur), mientras ordenaba su puesto de venta de cuadros en la feria dominical paulista. “El candidato que voté está en segundo lugar (refiriéndose al opositor José Serra). Pero estoy con la esperanza de que se dé vuelta. No voy a dar mi voto para otra persona”, subrayó, en referencia a los otros dos candidatos con monitoreo electoral: la oficialista y favorita Dilma Rousseff, y la ambientalista Marina Silva. Para el abogado Renato Moraes, de 29 años, Brasil ha vivido muchos cambios durante la gestión de Luiz Inácio Lula da Silva, que comenzó en 2003 y culmina el próximo primero de enero, pero el país “todavía es muy desigual”. “La principal solución que yo veo es mejorar la educación. Muy pocos políticos piensan en la educación y es fundamental para que el país siga en ese camino de crecimiento”, destacó. En este sentido coincidió Felipe Santos, que con 18 años vota por primera vez. “Aproveché el horario de propaganda política para definir mi voto” ya que hay muchos candidatos a los que ni siquiera conocía, señaló Santos, quien acaba de finalizar el secundario y ahora trabaja como vendedor en una tienda. “No sabía mucho de política. Pero en el liceo ya con los textos sobre otros gobiernos daba para percibir que el de Lula fue el mejor gobierno. (...) Pero todavía hay mucho para cambiar”, señaló al destacar problemas en la educación, el transporte y la salud. María del Carmen, un ama de casa de 61 años, narró su disconformidad con el servicio médico “que es muy lento y está abarrotado”, y señaló que ese es su principal reclamo al próximo presidente. “Yo vine a votar para elegir por mi país, porque es importante elegir”, destacó al admitir que definió su candidato a presidente en el momento de estar delante de la urna electrónica. Muchos niños entran entusiasmados para acompañar a sus padres y “votar”, como en el caso de la hija de María José Alves, que inquieta juega en una larga escalinata. “Estoy votando porque estoy obligada. Ningún candidato vale la pena”, dijo Alves que, desconfiada de los políticos, sólo votó para presidente y gobernador del Estado de Sao Paulo. Unos 135 millones de brasileños están llamados a votar en estas elecciones nacionales. La última urna cerrará a las 21H00 GMT en el estado de Acre (noreste), y para las 02H00 GMT se esperan los primeros resultados oficiales. “Estoy ansiosa por el resultado, y voy a seguir por la televisión desde el primero hasta el último voto”, dijo Silvestrin.
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En clima de fiesta, brasileños votan y piden mejoras en educación y salud
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