Los índices macroeconómicos, como el dato de crecimiento, consumo y desempleo coloca a la primera potencia mundial al borde de una recesión. Y es que la crisis en Estados Unidos es el centro de la atención en el debate económico, pero al contrario de lo que muchos piensan, la crisis de la que se habla no sólo es cuestión de la deuda pública y la posible rebaja en la calificación, como se ha escuchado últimamente.
El mundo vió hace tres años (2008) cómo un sector financiero desregulado y enfermo se venía abajo y arrastraba a la economía mundial cuando la crisis bancaria estalló con la quiebra del cuarto mayor banco de inversión estadounidense en ese tiempo, Lehman Brothers. Las bolsas cayeron y padecieron jornadas en rojo y el sector financiero se requebrajó profundamente.
Al fracaso de Wall Street le siguió una reducción en el crecimiento que llevó al gobierno a dinamizar la economía por medio de inyecciones de liquidez que repercutieron en el gasto público y la tan sonada crisis de deuda.
En el plano estructural el tema es serio, pues EE.UU. ha venido acumulando un déficit comercial importante desde los años 70, y otro fiscal desde la administración Bush que con su decisión de militarizar la economía mundial involucró cifras millonarias que explican el déficit en las cuentas públicas por casi US$2 billones, lo que fue motivo de preocupación y debate en el Congreso hace una semana para ampliar la capacidad de endeudamiento, del 100% al 120%, es decir, de US$14,3 billones a US$18 billones. Sin embargo, atrapados por intereses políticos, el Congreso y la Casa Blanca pusieron en riesgo, como nunca, la solución a lo que habría podido llevar a la potencia económica mundial a caer en una cesación de pagos y a una rebaja de la calificación de riesgo AAA que Standard & Poor`s cambió a AA+ el viernes pasado.
De hecho, para algunos analistas, todo fue “teatro político” con fines electorales que una disputa por el asunto de la deuda. Pues elevar el techo es un procedimiento automático, y se ha hecho casi dos veces al año desde 1940.
A solo horas de vencer el plazo, el Senado aprobó la iniciativa de un plan de recorte de déficit por US$2,4 billones, que aunque evitó el `default` no mejoró las perspectivas estadounidenses.
El Departamento de Comercio de EE.UU informó que la economía registró en el segundo trimestre de 2011 un incremento del PIB de 1,3% anualizado, mientras que revisó a la baja el crecimiento del primer trimestre, hasta un 0,4%. Los datos de consumo se redujeron, evidenciando la falta de confianza de los inversores y la ciudadanía, y aunque el dato de desempleo se redujo hasta 9,1%, las previsiones continúan siendo desalentadores y amenazan con una nueva recesión. Indicio que las bolsas reflejaron en su semana más negra.
LA BAJA EN LA CALIFICACIÓN DE S&P
La agencia Standard & Poor`s rebajó la calificación de la deuda de Estados Unidos el viernes pasado, en un duro revés para la mayor economía del mundo, cuando intentaba animar a los mercados para que confiaran en la recuperación de su economía. La calificación que ahora se encuentra en un escalón menos, bajó de “AAA” a “AA+” por primera vez en la historia del país, lo que evidencia la preocupación por el creciente déficit presupuestario. El panorama de la calificación es negativo, dijo Standard &Poor`s en un comunicado, lo que indica que es altamente probable otra rebaja en los próximos 12 a 18 meses, según como se comporte los índices estadounidenses.
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Estados Unidos está al borde de una nueva recesión
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