Excusas de Obama por quema del Corán; un afgano mata a 2 militares de ONU

“Deseo transmitir mis sinceras disculpas por los incidentes ocurridos. Le transmito, así como al pueblo afgano, mis sinceras disculpas”, según una carta de Obama a su homólogo afgano, Hamid Karzai. 
En la misiva, el presidente estadounidense insistió en el hecho de que este “error” fue “cometido por inadvertencia”, según un comunicado difundido por la presidencia afgana. 
El “error” fue cometido por un “oficial norteamericano” que “por ignorancia” ordenó la incineración del libro santo del islam. Obama prometió en su carta que el responsable “rendirá cuentas”. 
Pese a que el presidente afgano llamó “a la calma” el miércoles por la noche, se produjeron nuevos incidentes en diversas provincias, donde miles de personas se manifestaron al grito de “íMuerte a Estados Unidos!”. 
En esas protestas, tres manifestantes fallecieron como consecuencia de disparos y se suman a las nueve que fallecieron en la víspera. 
“Queremos que los culpables sean juzgados. Las excusas no son suficientes”, aseguraron los manifestantes en Kunar (noroeste). 
En otra marcha celebrada en Nargahar (este), dos soldados estadounidenses de la fuerza de la OTAN en Afganistán (ISAF) fallecieron cuando un militar afgano les disparó con su arma. 
“En el momento en que los manifestantes se acercaban a la base norteamericana, un soldado afgano en la base abrió fuego contra los soldados estadounidenses, matando a dos de ellos”, precisó el jefe de distrito de Khogyani en la provincia oriental de Nangarhar, Mohamad Hasán. 
Una fuente de la seguridad occidental, que requirió el anonimato, confirmó los hechos. 
Los talibanes llamaron a “matar” a los soldados extranjeros en Afganistán por el incidente de la quema del Corán. 
“Para defender el libro santo (...) debéis atacar valientemente las bases militares de los invasores, sus convoyes militares, matarlos, capturarlos, golpearlos y darles una lección, para que no osen nunca más insultar el santo Corán”, declararon en un comunicado. 
En la noche del lunes al martes, varios ejemplares del Corán, confiscados a detenidos de la prisión de la base estadounidense de Bagram (60 km al noreste de Kabul) fueron incinerados. Los libros servían para esconder mensajes entre detenidos afganos de la prisión, según fuentes de Estados Unidos. 
Los afganos tienen un fuerte sentimiento de pertenencia religiosa y cualquier ofensa contra el Islam suele desatar una ola de indignación contra las tropas occidentales, que en 2001 invadieron el país para derrocar al régimen de los talibanes. 
Estas manifestaciones se producen en un mal momento para Estados Unidos, que quiere retirar progresivamente hasta fines de 2014, y sin demasiados problemas, a sus 100.000 soldados combatientes en el país. 
Su objetivo es dejar a Afganistán pacificado, en parte gracias a las conversaciones de paz que intentan mantener en Catar con los talibanes, quienes dudan sobre la estrategia a seguir, aunque su portavoz, Zabiulá Mudjahid, aseguró que la “profanación” del Corán “no afectaría el proceso de Catar”.