Guatemala ignora quiénes serán sus candidatos a presidenciales

A casi 50 días de las elecciones de Guatemala, los votantes ignoran quiénes serán los candidatos presidenciales, pues el Tribunal Supremo Electoral (TSE) impugnó a dos aspirantes, entre ellos la ex primera dama Sandra Torres, aunque pueden ser habilitados a última hora por la justicia. 
La incertidumbre afecta a más de siete millones de electores, a los dos candidatos impugnados y al propio TSE, pues ignora qué nombres debe incluir en las papeletas de votación que deben ser enviadas a la imprenta en tres semanas más para que estén disponibles en todo el país en las elecciones del 11 de septiembre. 
“Todo depende de las decisiones judiciales”, dijo el director electoral del TSE, Julio Solorzano, en alusión a las sentencias en los recursos presentados por los dos aspirantes impugnados: la ex primera dama y el pastor evangélico Harold Caballeros. 
El TSE baraja la posibilidad de confeccionar cuatro diferentes papeletas de votación en las presidenciales, de modo de cubrir todas las posibilidades. Esto obligaría a imprimir más de 28 millones de votos, en vez de siete millones, lo que elevaría considerablemente el gasto.
La incertidumbre también provoca poca fidelidad en los sondeos de intención de voto, aunque todos dan como favorito al líder opositor derechista y general retirado Otto Pérez, muy por encima de Torres, abanderada de la alianza oficialista socialdemócrata. 
Más abajo figuran el académico de derecha Eduardo Suger y luego el pastor Caballeros, candidato de una coalición de centroizquierda. Mucho más abajo está la líder indígena y Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú. 
El TSE deslinda responsabilidades por esta incertidumbre y afirma que todo ahora está en manos de la justicia. Recordó además que en las elecciones de 2003 el TSE tuvo que imprimir dos papeletas presidenciales, pues el ex dictador militar Efraín Ríos Montt (1982-1982) fue habilitado a última hora para competir. 
“Todo depende de las decisiones judiciales; el Tribunal (Electoral) lo que debe hacer es prever cualquier circunstancia y, por supuesto, lo más pronto, para nosotros mejor”, expresó Solorzano. 
“El Tribunal (Electoral) debe tomar las medidas, lo va hacer y estaremos totalmente preparados”, agregó. 
El TSE impugnó a Torres el 30 de junio al considerar que incurrió en “fraude de ley” al divorciarse del presidente Alvaro Colom en abril con el fin de esquivar una prohibición constitucional para postularse a la presidencia. 
La Carta Magna impide al cónyuge del mandatario saliente aspirar a la presidencia. También prohíbe la reelección. 
Una semana después, el TSE invocó la misma norma para impugnar a Caballeros, pues la Constitución prohíbe que los ministros de cualquier religión o culto compitan por la presidencia. 
Ambos aspirantes iniciaron una batalla legal que sigue su curso. 
“El proceso (de Torres) se encuentra en la apertura de pruebas” en la Corte Suprema, dijo el abogado y diputado oficialista Manuel Barquín a la AFP. 
Si la Corte Suprema no da luz verde a Torres, ella recurrirá a la Corte de Constitucionalidad, la máxima instancia judicial del país, que dirá la última palabra en una sentencia inapelable, posiblemente a comienzos de agosto. 
El proceso de Caballeros va más rezagado todavía. 
Esta incertidumbre preocupa al secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, quien dijo el miércoles que “la tensión política que (...) se ha generado” en Guatemala es principalmente a causa de “la definición de la inscripción de candidatos”. 
Para el analista Miguel Sandoval, lo más lamentable de todo es que “se está judicializando la política, porque ahora hablan los abogados y se callan los políticos”. 
“Ahora los políticos hablan de justicia y la justicia se ha politizado, lo cual es un síntoma peligroso para el sistema electoral”, declaró Sandoval a la AFP.