El gobierno de Haití se quejó hoy por los abusos cometidos por los agentes dominicanos al deportar a los inmigrantes haitianos y exigió que se respete el protocolo bilateral sobre repatriaciones. Unos 3.000 indocumentados haitianos han sido deportados desde que comenzó 2011 como mecanismo de detener el flujo de ilegales y para evitar la propagación del cólera, según estimaciones del director de migración de República Dominicana, Sigfrido Pared.
Las deportaciones colectivas, frecuentes durante la última década, habían sido suspendidas temporalmente por razones humanitarias desde el terremoto que destruyó Puerto Príncipe el 12 de enero.
El ministerio de los haitianos viviendo en el extranjero denunció que ha recibido testimonios de las “brutalidades, persecuciones humillantes en la vía pública y separaciones de familias” durante las deportaciones.
El titular de la institución, Edwin Paraison, aseguró en un documento enviado desde Puerto Príncipe que la nueva ola de deportaciones se realiza “fuera de las normas establecidas” por el protocolo bilateral de 1999, que estableció los mecanismos de repatriación de indocumentados a fin de proteger sus derechos.
Según el acuerdo, las autoridades dominicanas no pueden realizar redadas en los barrios para detener haitianos ilegales, ninguna persona puede ser deportada sin que se le permita reunir sus bienes y avisar a su familia y las repatriaciones están prohibidas durante la noche y en días de descanso.
Paraison, quien fungió como cónsul general en Santo Domingo durante el último gobierno del ex presidente Jean Bertrand Aristide (2001-2004), denunció que las autoridades dominicanas tampoco respetan los horarios de repatriación y la obligatoriedad de ofrecer asistencia consular a los deportados.
La Cancillería dominicana se ha abstenido de emitir comentarios sobre los reclamos y Migración insiste en que las deportaciones sólo afectan a los haitianos que recién llegan de su país.
Como parte del cordón sanitario creado por República Dominicana para contener el cólera, se realizan operativos sorpresa en las diferentes carreteras, autopistas que conducen a Santo Domingo y en las estaciones de autobuses públicos.
Las deportaciones están “estigmatizadas y son discriminatorias”, dijo a la AP Florial Nikersson, presidente de la asociación de estudiantes haitianos en Santo Domingo.
Aseguró que al menos dos estudiantes de su universidad fueron deportados en los últimos días, pese a contar con permiso de residencia.
“Cuando uno está en una guagua (autobús), está sujeto a que un militar lo baje, incluso si uno es estudiante o un negro dominicano”, se quejó.
En República Dominicana viven al menos 600.000 haitianos indocumentados, según estimaciones de Naciones Unidas, además de los residentes legales y una gran comunidad no contabilizada de descendientes de haitianos.
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Haití se queja por repatriaciones desde Dominicana
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