Honduras, 3 presidentes y un futuro incierto

Honduras se encuentra con tres presidentes, el depuesto, el electo y el golpista y un futuro incierto al día siguiente del aplastante rechazo del Congreso nacional a restituir al mandatario depuesto Manuel Zelaya. “Lo que sucedió ayer era previsible porque el golpe de Estado del 28 de junio fue un golpe institucional” y deja claro que la “oligarquía tiene un plan a largo plazo para seguir gobernando el país”, argumentó Eduardo Bahr, escritor y analista hondureño. La decisión del Congreso hace que el recién electo Porfirio Lobo vea limitado su margen de maniobra para reconciliar a los hondureños con la comunidad internacional cuando asuma el poder en enero, y que el depuesto Zelaya vea reducidas sus opciones a partir al exilio, hacer frente a la justicia o seguir en la embajada de Brasil, donde lleva dos meses y medio. REHÉN DE LA SITUACIÓN Por su parte, el golpista Roberto Micheletti, de la derecha, sin duda va a maniobrar para dar al traste con los planes de Lobo de dialogar con todas las fuerzas y formar un Gobierno de unidad nacional. “Hasta que Lobo no asuma el 27 de enero es rehén de la situación y de las decisiones que está tomando Micheletti”, dijo Francisco Rojas, secretario general de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales. Zelaya, por el momento, no ha dicho cuáles son sus planes. Estados Unidos, el promotor del acuerdo que impuso al Congreso decidir sobre Zelaya, afirmó: “estamos decepcionados por esta decisión, porque esperábamos que el Congreso aprobara su restitución”, dijo Arturo Valenzuela, subsecretario de Estado para América Latina. GOBIERNO DE UNIDAD Estados Unidos, que reconoció rápidamente las elecciones presidenciales del pasado domingo en las que salió elegido el conservador Porfirio Lobo, del Partido Nacional, considera sin embargo que eso no fue suficiente y que el futuro de Honduras aun esta incierto. “Los siguientes pasos deberían ser la formación de un Gobierno de unidad nacional y el establecimiento de una Comisión de la Verdad”, como estipula el acuerdo de Tegucigalp/San José firmado el 30 de octubre, que firmó tanto la comisión de reconciliación del derrocado Manuel Zelaya y del mandatario depuesto, Roberto Micheletti. Esos pasos deben ser tomados “para allanar el camino para que Honduras vuelva a la comunidad interamericana de democracias”, explicó Valenzuela.