Un atentado con coche bomba ocurrido ayer contra una sede policial en Karachi, la principal ciudad de Pakistán, dejó al menos 18 muertos y más de un centenar de heridos, declaró una fuente del gobierno provincial. El ataque fue reivindicado por los talibanes paquistaníes, autores de multitud de atentados contra las autoridades gubernamentales y las fuerzas de seguridad, perpetrados la mayoría en la zona noroeste de Pakistán. La explosión, provocada por una bomba, causó el derrumbe de un edificio de dos plantas. “Tenía por objetivo las oficinas del Departamento de In-vestigación Criminal” (CID), declaró a la AFP un alto responsable de la policía local, Fayaz Lughari. Los asaltantes, en un número sin determinar, llegaron al pie del edificio. “Primero dispararon contra la policía y después precipitaron su vehículo cargado de explosivos contra el inmueble”, informó a la prensa el ministro de Interior de la provincia de Sindh, Zulfiqar Mirza. “Fue una explosión enorme, que causó un gran cráter, algo así como el atentado contra el hotel Marriott de Islamabad”, agregó Mirza, en referencia al atentado con camión bomba que provocó 60 muertos en 2008. El jefe de la policía provincial, Salahuddin Babar Jattak, explicó que “el CID arrestó a varios terroristas” recientemente, aunque “ninguno de ellos se encontraba en el inmueble en el momento del ataque”. Los talibanes paquistaníes reivindicaron el atentado. “Reivindicamos el ataque. Ellos detienen y torturan a nuestros camaradas. Todos aquellos que actúen igual sufrirán la misma suerte”, declaró a la AFP Azam Tariq, portavoz del Movimiento de Talibanes de Pakistán (TTP). Karachi, capital de la provincia de Sinh, es una ciudad de 17 millones de habitantes y centro financiero del país.
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