El presidente estadounidense Barack Obama rechazó la publicación de las fotos del cuerpo de Bin Laden, indicó este miércoles el portavoz de la Casa Blanca.
“El presidente ha tomado la decisión de no divulgar ninguna de las fotos del fallecido Osama bin Laden”, señaló el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, a los periodistas.
“No hay ninguna duda sobre el hecho de que Bin Laden está muerto. Seguramente hay dudas sobre su muerte entre los miembros de Al-Qaida. Y entonces no pensamos que una fotografía en sí haga la diferencia”, dijo el presidente citado por el portavoz.
“No es de interés de la seguridad nacional permitir (la publicación) de estas imágenes, de manera de evitar como en el pasado que sirvan de íconos para movilizar contra Estados Unidos”, añadió.
Carney respondió afirmativamente al ser interrogado sobre si el presidente estadounidense haría un ataque similiar en Pakistán, si se confirmara la presencia de sospechosos de terrorismo en ese país.
“(Barack) Obama cree que se tomó la decisión correcta y continúa sintiendo eso”, agregó.
Más de 48 horas después de la eliminación del hombre más buscado del mundo, los analistas estadounidenses intentaban “hacer hablar” las decenas de discos duros, computadores y llaves USB halladas en su residencia.
“Estaría muy sorprendido si no topamos con una mina de oro”, explicó McLaughlin, ex número 2 de la CIA.
McLaughlin puso como ejemplo la computadora de Ahmed Ghailani, uno de los autores de los atentados contra las embajadas estadounidenses en Kenia y Tanzania en 1998, que permitió prevenir un atentado contra las instituciones financieras en Nueva York.
Se trata sobre todo de “detectar las amenazas que están en marcha” y de “alcanzar otros objetivos en el seno de Al Qaida”, como el número 2 de la red, Ayman al-Zawahiri, explicó por su parte Michael Leiter, director del Centro Nacional Antiterrorista estadounidense.
El secretario de Justicia estadounidense, Eric Holder, dijo en el Senado que “probablemente” saldrán nuevos nombres que se añadirán a la lista negra antiterrorista de Estados Unidos.
Mientras tanto, las relaciones entre Estados Unidos y Pakistán, teóricamente aliados en la “guerra contra el terrorismo”, seguían deteriorándose el miércoles tras las acusaciones de vínculos entre el país asiático y Bin Laden.
A modo de explicación sobre la presencia de Bin Laden en su país, el primer ministro paquistaní Yusuf Raza Gilani, afirmó que los servicios de inteligencia de todo el mundo, incluido de Estados Unidos, comparten con Pakistán el fracaso en capturar a Osama bin Laden, finalmente localizado y ultimado por un comando estadounidense.
“Hubo un fallo de los servicios de inteligencia de todo el mundo, no solamente de Pakistán”, afirmó Gilani desde París, donde se reunió con empresarios.
En cambio, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, subrayó que Pakistán debe mejorar su cooperación.
El director de la central estadounidense de inteligencia (CIA), Leon Panetta, había dicho el martes que Estados Unidos no informó a Pakistán de la operación contra Bin Laden porque este país “podría haber alertado” al líder de Al Qaida del inminente ataque.
Ante estas declaraciones, Pakistán, incómodo porque la operación tuvo lugar en su territorio sin que el gobierno paquistaní lo supiera, denunció la violación de su soberanía, pero saludó la muerte de Bin Laden.
Además, un alto diplomático paquistaní estimó que Islamabad había indicado ya en 2009 a Washington la posibilidad, entre “millones de posibilidades más”, que Bin Laden estuviera en Abbottabad, donde fue ultimado.
En lo que respecta a los detalles de la muerte del líder de Al Qaida, las revelaciones se van realizando con cuentagotas.
Una hija de Osama Bin Laden de 12 años de edad, actualmente detenida en Pakistán junto con otros niños y una esposa de su padre, vio cómo los soldados estadounidenses mataban al líder de Al Qaida, dijeron fuentes de los servicios secretos paquistaníes (ISI) este miércoles.
Esta niña “nos confirmó que Osama había muerto a balazos y que se lo habían llevado”, agregaron.
El propio Bin Laden estaba desarmado cuando lo mataron, tal como reconoció el martes la Casa Blanca y “no tenía ningún comando que pudiera defenderlo”, afirmaron fuentes policiales en Abbottabad.
Por su parte, unos 70 abogados de Abbottabad manifestaron el miércoles contra la operación que culminó con la muerte de Bin Laden, que consideran como una violación de la soberanía de Pakistán.
Sin embargo, el Fiscal General de Estados Unidos, Eric Holder, aseguró el miércoles en el Senado que la operación fue “completamente legal” y un “acto de legítima defensa nacional”.
“¿Se debía actuar bajo el principio de que (Bin Laden) era una bomba ambulante?”, preguntó el senador Lindsey Graham, a lo que Holder respondió: “Exactamente”.
Pese al deterioro de las relaciones entre Estados Unidos y Pakistán, ambos países, aliados en lo que Washington llama la “guerra contra el terrorismo”, tienen interés en mantener su alianza, según expertos.
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