Cientos de habitantes huyeron de sus hogares en el noreste de Nigeria después de un nuevo ataque de islamistas, que incrementaron los actos de violencia contra los cristianos después de la expiración de un ultimátum para que abandonasen el país.Esta mortífera escalada hace temer una generalización de la violencia religiosa en este país de 160 millones de habitantes, el más habitado de África. En el sur predomina la religión cristiana y el norte es mayoritariamente musulmán.
En la ciudad de Potiskum (noreste) “hubo tiroteos entre nuestros hombres y los combatientes de Boko Haram (movimiento islamista) durante gran parte de la noche, que causaron muertos y heridos”, dijo el jefe de la policía del Estado de Yobe, Lawan Tanko.
Los habitantes de los barrios cercanos a la comisaría de policía atacada por los islamistas la noche del viernes explicaron que abandonaron sus domicilios por miedo a los ataques de los militares. Se refugiaron en los hogares de sus familiares y amigos.
Potiskum es una de las zonas que fueron colocadas bajo estado de emergencia por el presidente Goodluck Jonathan el 31 de diciembre.
Los militares fueron desplegados y tomaron posición alrededor de la comisaría de policía.
Decenas de islamistas armados atacaron Potiskum el viernes por la tarde gritando “Alá akbar” (Dios es grande), sobre todo la comisaría de esa ciu-dad. Dos bancos fueron desvalijados e incendiados por los islamistas, según los habitantes.
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