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Sirios tienen poco que celebrar en el Ramadán

REDACCIÓN MUNDO

10 de julio de 2013 07:02 PM

El mes sagrado del Ramadán comenzó el miércoles y muchos sirios que cumplen con el ayuno diario del amanecer al crepúsculo, interrumpido por espléndidas comidas familiares, tienen poco con qué mantener el espíritu festivo de la temporada en el tercer año de guerra en el país.
En una de las ciudades controladas por los rebeldes, los residentes mendigaban por sobras de comida en un comedor comunitario, mientras que en un campo de refugiados en la frontera con Jordania, los sirios acosados por el calor del desierto y el polvo comían separados de sus familiares.
Ante la hambruna traída por la guerra, la agencia alimentaria de las Naciones Unidas dijo que 7 millones de personas dependen totalmente de ayuda alimentaria para poder comer. El conflicto que ha destruido gran parte del país, sumado al aumento de los precios en los últimos meses, ha hecho que muchos sirios tengan que luchar para sobrevivir.
"La gente viene al comedor mendigando por sobras, me rompe el corazón", dijo un activista en la ciudad siria de Marat al-Numan.
Agregó que los activistas usan el comedor para distribuir una cena sencilla de Ramadán de arroz, estofado de verduras y sopa para cerca de 400 de las familias más necesitadas de la ciudad. El activista se identificó sólo por su sobrenombre, Abu Anas, por temor a su seguridad.
En el campamento de refugiados de Zatarim, en el desierto de Jordania, muchos de los 120.000 sirios que viven en una enorme ciudad de carpas se sentían melancólicos por su país y miserables.
"Hacer el ayuno del Ramadán en este campo de refugiados es extremadamente difícil", dijo Abu Qusai, un trabajador de construcción de 32 años de la turbulenta región sureña de Dara, donde el levantamiento contra el presidente sirio Bashar Asad comenzó en marzo de 2011. "Está tan seco como un hueso y el polvo molesta... Tenemos sed, estamos sucios y muy incómodos, estamos hartos".
El Ramadán es una temporada para la reflexión y la oración y los musulmanes deben abstenerse de comer, beber, fumar o tener sexo durante las horas con luz solar para enfocarse en la espiritualidad, las buenas acciones y la caridad. El ayuno, que va cambiando de fecha cada año conforme al calendario lunar musulmán, representa un reto espiritual y físico, pero lo es más cuando se realiza en verano cuando los días son más largos y las temperaturas se disparan a 50 grados Celsius (120 grados Fahrenheit).
Para la mayoría de los suníes y chiíes, el Ramadán comenzó el miércoles, mientras que para otros el mes sagrado comienza el jueves. Las diferencias se basan en los distintos avistamientos de la luna nueva.
Pero sin duda, Siria es el lugar en el que las dificultades para el Ramadán serán mayores. La ONU dice que al menos 93.000 personas han muerto desde que estalló el conflicto.
La moneda de Siria ha llegado a un mínimo histórico, mientras que los precios de los alimentos y los combustibles se han disparado. Según la ONU, más de 4 millones de sirios corren el riesgo de pasar hambre porque no pueden pagar los alimentos.

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