El sargento Gregory Henson sale de patrulla con una computadora en su espalda y una palanca de control. También lleva consigo un rifle, pero el ejército espera que cada vez sea menos necesario. Los soldados estadounidenses están ensayando nuevas innovaciones tecnológicas en un esfuerzo por reducir las bajas de civiles en Afganistán. Un elemento clave es el “Dragon Egg”, una cámara con funciones de robot, con forma esférica del tamaño de una granada, que se puede tirar por sobre una colina o hacia un edificio sin poner en peligro la vida de nadie. Se endereza sola y ofrece una visión de 360 grados usando cuatro cámaras diminutas. Si detecta personas inocentes, el soldado puede alertar a sus compañeros usando la computadora, para que no ataquen ese edificio. “No es necesario entrar el lugar. Uno no tiene que preocuparse de qué lo espera allí si ingresa”, expresó el sargento Mike Fraser, quien ha sido entrenado en el uso de estas cámaras fabricadas por la firma californiana Octatron en La Verne. PROPÓSITO La idea es reducir la tasa de muertos entre la población civil, que alimenta el malestar hacia el gobierno del presidente Hamid Karzai y las fuerzas de ocupación que combaten al Talibán. En una de sus primeras medidas desde que asumió el comando de las fuerzas de la OTAN en Afganistán, el general estadounidense Stanley McChrystal dispuso nuevas orientaciones para los ataques aéreos y ordenó que, si existe la menor posibilidad de poner en peligro a civiles, hay que suspender el ataque, incluso si esto implica que elementos del Talibán se escapan. Con la nueva tecnología, “podemos ordenar que se suspenda el fuego contra una mezquita o una escuela”, expresó el coronel Harry Tunnell, jefe de una brigada que está ensayando la nueva tecnología, llamada “Land Warrior” y producida por la empresa General Dynamics.
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Tecnología bélica permite distinguir entre enemigos y civiles
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