El rey con los ojos llorosos, un primer ministro con la voz temblorosa, políticos llorando, centenas de personas anónimas en silencio: la misa de homenaje a las 93 víctimas del doble ataque en Noruega se celebró este domingo en medio de un ambiente pesaroso.
En una escena muy inhabitual, el rey Harald V fue visto con los ojos enrojecidos por las lágrimas en la catedral de Oslo. Su hija, la princesa Marta Luisa, y su esposa, la reina Sonia, no podían retener sus sollozos.
En la asamblea de dignatarios vestidos de negro y de gente anónima, muchos se agarraban la cabeza con las manos, postrados y visiblemente hundidos. Algunos rompieron a llorar.
El primer ministro, Jens Stoltenberg, no pudo esconder su emoción al tomar la palabra. Con la voz temblorosa, confió que conocía a varios de los
fallecidos en la matanza del viernes.
El dirigente dijo que pronto se publicarán los nombres y la fotografías de los difuntos. “En ese momento emergerá la magnitud del Mal”, declaró.
“Somos un país pequeño, pero un pueblo orgulloso”, añadió el primer ministro, que aseguró que su país “no abandonará nunca sus valores”.
Sentado en la primera fila, Eskil Pedersen, dirigente del movimiento de la juventud laborista, blanco de un tiroteo el viernes en la isla de Utoya, cerca de Oslo, también lloraba.
Kent Eide, de 30 años, vino con un ramo de flores y una bandera noruega para “decir al resto del mundo que seguimos siendo fuertes”. Al igual que muchos noruegos, el joven dice que está “sorprendido pero orgulloso de estar presente”.
Durante la misa, que duró una hora y media, la muchedumbre se hizo más densa frente a la catedral, y mantuvo un llamativo silencio. Bajo la mirada de cámaras y fotógrafos del mundo entero, depositaron flotes y velas en la explanada situada enfrente del templo.
“Era importante venir. Tres jóvenes de mi zona murieron el viernes”, cuenta Lill-Hege Svendzen, con una rosa roja en la mano. “Es importante demostrar que los noruegos están unidos”, explica la joven, que vive “en el norte de Noruega”.
Einar Pedersen, de 25 años, con la cabeza afeitada y una barba de vikingo, se sentía también “orgulloso de estar aquí”. “Hay que mostrar que somos solidarios”, dijo con su hijo de seis años de la mano.
“Estoy triste, muy triste”, declara Aline De Luna, de 43 años. Originaria de las islas Filipinas, vive en Noruega desde hace 23 años, y ha venido con su marido y su hijo de ocho años.
“La apertura y la libertad son las bases de esta sociedad, así como el respeto a los demás y a las ideas”, dice esta mujer antes de colocar su ramo de flores frente a la catedral.
Antes de entrar en la iglesia, el primer ministro Stoltenberg se inclinó ante los ramos depositados ante la catedral, un modesto edificio de piedra situado en el centro de Oslo.
Mundo
Tristeza en la misa por fallecidos en masacre de Noruega
Se ha producido un error al procesar la plantilla.
Invocation of method 'get' in class [Ljava.lang.String; threw exception java.lang.ArrayIndexOutOfBoundsException at VM_global_iter.vm[line 2180, column 56]
1##----TEMPLATE-EU-01-V-LDJSON----
2
3#printArticleJsonLd()
NOTICIAS RECOMENDADAS
Comentarios ()