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Turbas liberan reos en Egipto

REDACCIÓN MUNDO

30 de enero de 2011 10:10 AM


El ejército envió decenas de soldados adicionales y vehículos blindados a las calles de la capital y otras urbes pero parecían tomar pocas medidas contra las turbas de hombres jóvenes armados con armas y palos largos que destruían automóviles y robaban a la gente. 
Al menos un centro comercial en El Cairo terminó en llamas luego de ser saqueado el día anterior. 
La nación más poblada del mundo árabe parecía dirigirse con rapidez al punto en el cual podría consumirse en medio de un caos generalizado o el ejército aumenta su presencia y controla las calles. 
Un control mayor y más rígido del ejército podría ser bien acogido por egipcios temerosos, pero podría correrse el riesgo de que el ejército sea visto como tomando partido por el régimen, lo que suscitaría el antagonismo de los manifestantes. 
Opositores de todos los segmentos de la sociedad egipcia han tomado las calles por casi una semana exigiendo la renuncia del presidente Hosni Mubarak, de 82 años. El mandatario nombró a su jefe de inteligencia, el ex general del ejército Omar Suleiman, como nuevo vicepresidente el sábado, una decisión que perpetua el papel preponderante de los militares en la política del país. 
Ahmed Shafiq, el saliente ministro de aviación civil y un ex compañero de Mubarak de las fuerza aérea, fue nombrado primer ministro. 
Entretanto, la embajada de Estados Unidos en El Cairo le pidió a sus ciudadanos en Egipto que contemplen irse del país tan pronto como sea posible, al tiempo que autorizó la partida voluntaria de todos los empleados en puestos que no son clave y dependientes, una muestra de la creciente preocupación de Washington por la inestabilidad en su aliado más cercano del mundo árabe. 
Muchos manifestantes dijeron el domingo que querían la remoción completa de un gobierno que culpan de la pobreza, el desempleo, la corrupción generalizada y la brutalidad de la Policía. 
“Si el presidente se va hoy, el caos se acabará”, dijo Hussein Riyad, un maestro de escuela. “La gente ha sufrido por 30 años, unos cuantos días de terror no importan”. 
El domingo en la tarde parecía que el ejército tomaba mayores acciones en las calles y coordinar con los manifestantes. 
En la plaza Tahrir en el corazón de El Cairo, donde Riyad y decenas de miles de otros marchaban, dos vehículos blindados bloquearon la entrada mientras que soldados trabajaban con voluntarios de la protesta para revisar documentos de identidad y los bolsos de la gente que llegaba a las manifestaciones. 
“El ejército nos protege. ¬No dejaran que ingresen infiltrados de la Policía!”, le gritó un voluntario a la multitud reunida en el lugar. 
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La periodista de The Associated Press Sarah El Deeb contribuyó con este despacho. 

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