En el barrio de La Candelaria no solo hay violencia y pobreza, un grupo de vecinos se organizó para reconocer el trabajo de sus líderes positivos y mostrarle a la ciudad que tienen muchas cosas buenas.
“Nos subvaloran y estigmatizan por el error de unos cuantos. Nosotros queremos que se den cuenta mucha gente de que las personas que habitan en esta comunidad son diferentes a lo que piensan”, expresa Ulises Salgado, residente de La Candelaria
Por ello, un grupo de residentes de la calle se reunió para reconocer el trabajo y destacar las cosas buenas del barrio. De manera que desde el mismo barrio se empiece a creer en las potencialidades que tienen y trabajar a partir de ellas para cambiar la imagen de su entorno y quitarse los estigmas que se les han impuesto.
Ulises señala que han llegado a tener problemas porque muchos taxistas no quieren entrar al barrio y no saben que hay una comunidad al interior de la Candelaria que es pacífica.
“Creen que venir a esta comunidad es un problema. Que no se puede sacar un celular sin que te lo roben. Pero en este sector donde estamos ubicados los palenqueros es muy diferente. Hay una gran cantidad de profesionales, tenemos una escuela y somos protagonistas del proceso de formación de la mayoría de los muchachos del barrio”, agrega.
En la calle conocida como de Los Palenqueros se encuentra la Institución Educativa Bolívar, una escuela para niños de preescolar, primero y segundo de primaria. Por ese colegio han transitado la mayoría de los niños y jóvenes de La Candelaria durante sus 37 años de funcionamiento y en él todos aprecian la labor de la docente Elvira Bolívar.
La Candelaria escogió el primero de diciembre de este año para reconocer el trabajo de los líderes positivos del barrio. El punto de encuentro fue la calle de Los Palenqueros a la altura del colegio donde con un picó animaron la tarde de integración donde se entregaron premios y reconocimientos.
Y por su puesto la música fue de La Candelaria, jóvenes picoteros tocaron durante la tarde de ayer los éxitos de exponentes de la música urbana como Young F. El Prefe, un joven talento que nació en ese barrio y de quien todos están muy orgullosos.
“Young F. empezó a los 15 años en la vida artística y hoy se le están dando las cosas en la música urbana. El otro hijo mío, Jhon Jainer o artísticamente Li, juega fútbol en el equipo Uniautónoma pero también tiene la pasión por la música”, expresó Óscar Salgado.
Además agregó que una de las metas de este evento es que los jóvenes conozcan como fue la vida de sus padres en el barrio y tomen ejemplo de convivencia y vida.
Otros dos jóvenes también han aportado su grano de arena con el fútbol. Fausto Obezo, jugador del Deportivo Pasto y Félix Enrique Salgado en el equipo Fortaleza de Bogotá.
TERRAZAS DE CONVIVENCIA
En la Candelaria existen dos terrazas tradicionales donde la música y las buenas costumbres se imponen.
El picó “El Beny” tiene 38 años de estar sonando en La Candelaria. “Nosotros vendemos cervezas por ratos. Si alguien se murió yo no prendo el picó y si la autoridad dice que no lo prenda no se hace”, dijo Benito Valdez.
Su negocio nació de su gusto por la música y el picó, por eso no le preocupa si vende una caja de cerveza o diez, él prende su picó para animar los fines de semana en La Candelaria y lo hace respetuoso de los horarios y los tiempos y siembre respetando el luto de sus vecinos y allegados.
“La terraza es importantísima porque siempre quise tener un sitio de esparcimiento para mi gente. Hoy en día es conocida como “El que Sabe”, la gente ahí goza en un ambiente familiar”, dice Jaime Salgado.
La Policía le hizo un reconocimiento a ese sitio por el respeto hacia los clientes, cumple con los horarios establecidos, colabora con las normas y no permite actos de indisciplina en su negocio. Y así, con la responsabilidad con que maneja su negocio, también lo ha hecho con su familia, que es lo más importante en su vida.
“Con mucho sacrificio y trabajo logré tener a un hijo en la Infantería de Marina y otro en la Armada Nacional y eso me tiene muy orgulloso”, agregó.
Ricardo Forero, por su parte, vive en la Avenida Pedro de Heredia, pero siempre creyó en los deportistas del barrio. Desde hace más de 20 años apoyó una escuela de fútbol con los jóvenes del barrio y se siente partícipe de que el barrio hoy tenga tres futbolistas importantes.
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