Cartagena


La historia de "Pinky", el pinscher que movió las redes sociales en Cartagena

LUIS C. PRADO

23 de septiembre de 2013 07:38 AM

Pinky es un perro de raza pinscher de 1 año y medio de edad. Se extravió el pasado 18 de septiembre y luego, gracias a la ayuda de un solidario mototaxista, volvió a las manos de sus amos después de haber sido reclamado por un falso dueño.

La historia de Pinky fácilmente podría ser una más entre miles que van y vienen de boca en boca entre las calles de Cartagena. Pero no lo fue así para su familia. Tampoco para los más de 300 usuarios de Facebook que compartieron su fotografía a través de la cuenta de El Universal para lograr encontrar a sus dueños.

La historia
Hasta las instalaciones de El Universal llegó Edilberto Luis Ariza en la tarde del 18 de septiembre. En una de sus manos portaba un casco verde y en la otra sostenía con una correa  a un pinscher que había encontrado en una calle de un barrio al suroriente de la ciudad.

“Yo me encontraba en el semáforo de Los Jardines cuando un muchacho llegó hasta mi moto y me dijo que le ayudara a encontrar su perro, el cual se había escapado hace unos minutos y se encontraba cerca. Yo tomé la carrera y comenzamos a buscar por varias calles. Llegamos a verlo pero el muchacho, que decía ser su dueño, no logró atraparlo”, relata el mototaxista.

Edilberto recibió el pago de la carrera y siguió su rumbo sin darse cuenta que el joven olvidó devolverle el casco del parrillero.  Casi simultáneamente este mototaxista encontró al perro que por minutos estuvieron buscando. Logró atraparlo y se dispuso a buscar al dueño donde lo dejó para así recuperar su casco, que según dice, acababa de comprar por un valor de 90 mil pesos.

Pero sus esfuerzos por encontrarlo fueron infructuosos.

Con el perro recostado sobre el tanque de su moto, a Edilberto se le hacía imposible hacer carreras. Por eso se dirigió hasta la sede de El Universal para que a través de una publicación el supuesto dueño viera que la mascota había sido encontrada.

El anuncio
[Servicio Social] El señor Edilberto Ariza encontró un pinscher en San Fernando. Los dueños de la mascota se pueden comunicar al 301-2206517 o al 3122346112.
Por favor comparte la pu-blicación
”.

Acompañada de una fotografía de Edilberto y el perro, esta publicación realizada por El Universal comenzó a circular por redes sociales.

Fue así como un día después el falso dueño contactó a Edilberto. Le dijo que tenía su casco y que esperaba se citaran para que le entregara el perro.

Sin embargo, al mismo tiempo en otro barrio de Cartagena, Leidy Alexandra Baldión, una niña de 15 años, reconocía con lágrimas en los ojos al pinscher que aparecía en la publicación de Facebook de El Universal. Se trataba de Pinky, su mascota, la cual había desaparecido de su casa hace dos días.

Sin saber si su perro había sido entregado ya a un extraño, la niña y su madre se comunicaron con Edilberto.

“Ante la confusión yo dije que la persona que me entregara el caso a esa le daría al perro, ya que esa era la muestra de que se trataba de quien lo estaba buscando ese día conmigo”, dijo Edilberto.

Efectivamente así sucedió y Pinky fue a parar a manos de un desconocido.

La busqueda

Leidy junto con sus padres contactaron nuevamente a Edilberto para hacerle ver que Pinky había caído en manos equivocadas. Ambas partes se reunieron en la mañana del sábado en las oficinas de El Universal.

Al darse cuenta que la versión de la familia del perro era coherente, Edilberto se ofreció a ir junto a la familia hasta una tienda del barrio Altos de San Pedro, donde había entregado el perro.

Al llegar a la tienda Pinky se encontraba amarrado al interior de esta. Cuando Leidy y su familia lo vieron experimentaron quizás uno de los momentos más emotivos de su vida. Las lágrimas fueron casi como una respuesta a la alegría que su mascota expresaba a través de exagerados movimientos de su pequeño rabo mocho.

Edilberto se dirigió hacia la persona que se encontraba en la tienda y que ahora era la propietaria de Pinky. Le explicó lo sucedido y esta accedió a devolverlo.

Así la travesía tuvo un final feliz gracias a la colaboración de un mototaxista, el amor de una familia por su mascota y la colaboración de una comunidad virtual unida para ayudar a quien lo necesita.
 

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