De las 39 rutas de buses y busetas que existen en la ciudad, 14 han sido abandonadas, y la que cubre Paraguay, Junín y Bocagrande, que es el trayecto más largo, es cubierta por un solo vehículo.
El abandono de rutas se viene dando de forma progresiva desde hace aproximadamente 10 años, así lo indicó Aureliano Rico, encargado del área de Transporte Público en el Departamento Administrativo de Tránsito y Transporte (DATT).
Las principales razones para que las empresas de transporte decidieran abandonar estas rutas, serían la carencia de una buena infraestructura vial y la inseguridad. La falta de buses y busetas que cubran algunas rutas da espacio al crecimiento del transporte informal (mototaxis y colectivos).
Con las mismas rutas
Las rutas de buses y busetas no han cambiado desde 1987, aunque estas deben modificarse o cambiarse cada 5 años, teniendo en cuenta el crecimiento de la ciudad, explicó Rico.
Un punto que llama la atención en los decretos que hacen cambios por tramos o recorridos, es lo poco específicos que son, dándole espacio a los conductores para que sean ellos quienes decidan hasta dónde llegan y cuántos buses se disponen por ruta.
Congelados
En 1990, teniendo la ciudad 1691 vehículos para el servicio público, se congeló, mediante el Decreto 683, la compra del parque automotor.
A partir de este decreto, al parecer solicitado en ese momento por las empresas de transporte, el número de vehículos no podía aumentar, aunque sí podían ser repuestos.
Entre 2012 y 2013, más o menos 300 vehículos cumplieron su vida útil, y solo 100 fueron repuestos, así, en este momento hay rodando 1491 vehículos de servicio público.
Es decir, si se quisiera regresar los vehículos a todas las rutas, cada una quedaría con cerca de 38 buses y, teniendo en cuenta que cada una necesitaría, según Rico, entre 80 y 90 vehículos para prestar un buen servicio que garantice el paso de una buseta cada 5 minuto, el parque automotor actual no es suficiente, y el usuario debería esperar aproximadamente 15 minutos para que pase la buseta que necesita.
Mientras tanto, con 14 rutas abandonadas, las empresas de transporte siguen expidiendo estas tarjetas de operación, mientras se apropian de otra recorrido, excediendo hasta en 19 busetas la capacidad.
Sin control
La falta de seguimiento a las rutas de buses y busetas, acompañado del mal estado de las vías, de la inseguridad, y de la incertidumbre de los transportadores respecto al futuro del transporte público en la ciudad, teniendo en cuenta la puesta en marcha de la operación de Transcaribe, han provocado que en los últimos años el transporte informal se haya disparado.
Mototaxis, jeeps y taxis colectivos son la respuesta que han encontrado los usuarios para llegar más rápido, llegar a donde ningún bus llega y sobretodo, no tener que soportar las incomodidades, cambios de ruta y en general el pésimo servicio que hoy ofrecen.
Opinaron
A través de las redes sociales de este medio preguntó a los usuarios ¿Cómo califica usted el servicio de buses y busetas en la ciudad?.
Juan David Mejía, afirmó que “es preferible arriesgar la vida en una moto o gastarse unos pesos de más en un taxi”, mientras que Yury Chinome explicó que el servicio es “pésimo, no hay respeto por el pasajero, el volumen de la música es insoportable, recogen muchos pasajeros, lo dejan donde se les da la gana, aveces ni paran totalmente para que uno se baje, es un peligro”.
Las abandonadas
La número 5, Socorro-Blas de Lezo-Av. Pedro de Heredia; la 10, Paraguay-Junín-Centro; la 11, Gaviotas-Av. Pedro de Heredia-Centro; la 12, Alto Bosque-Centro; la 14, Seguros Bolívar-Centro; la 16, Albornoz-Bosque-Centro; la 17, Chile-Los Cerros-Centro; la 18, Daniel Lemaitre-Centro; la 19, Daniel Lemaitre-Mercado; la 22, Manga-Bazurto-Centro; la 23, Nariño-Centro; la 27, Campestre-Bosque-Manga-Laguito;la 28, Campestre-Av. Pedro de Heredia-Castillogrande; la 29, Campestre-Almirante Colón-Centro, y la 30, Bosque-Campestre-Centro, son las rutas abandonadas.
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