De ser considerado un “paraíso” natural por el que Cartagena siempre sacaba pecho en el ámbito turístico, Playa Blanca pasó a adoptar el deshonroso calificativo de “vergüenza nacional”.
La expresión lanzada por la directora general de Parques Nacionales Naturales la semana pasada se dio en el marco de la medida que esa entidad dispuso para prohibir, de manera temporal, el acceso de visitantes por vía marítima, como forma de mitigar el impacto ambiental y social provocado por el ingreso desmesurado de personas. Fue una disposición a la que se llegó luego que desde principios de junio la Procuraduría Delegada para Asuntos Ambientales requiriera a las autoridades locales la adopción de medidas urgentes ante la problemática evidenciada.
No obstante, la medida solo duró dos días, luego que Parques Nacionales, Procuraduría, Defensoría del Pueblo, Cardique, Armada Nacional y Alcaldía evaluaran en conjunto las implicaciones de la restricción. Así, el viernes Cardique emanó una resolución con la que conmina al Distrito a que emprenda acciones que garanticen que a Playa Blanca solo ingresen 640 personas al día por vía terrestre. Se espera que próximamente las autoridades involucradas en el control a la problemática den a conocer más disposiciones para proteger a Playa Blanca del daño ambiental que sigue sufriendo.
Para comprender cuáles son los principales aspectos en los que se evidencia la degradación ambiental en los más de 3 kilómetros que comprende esta –en teoría– área protegida (ya que hace parte del Parque Natural Corales del Rosario y San Bernardo), El Universal habló con Clara Diago, bióloga y directora de la Corporación para el Desarrollo de Playa Blanca - Barú (Corplaya), que hace 10 años está presente en el sector y viene haciendo seguimiento y denuncias sobre hechos que atentan contra el estado del balneario.
INVASIÓN EN BAJAMAR
La ocupación de terrenos de bajamar es el aspecto que más preocupa, porque este provoca otras problemáticas. Son cerca de 70 construcciones las levantadas sobre la playa y muchas de estas ocupan zonas de anidación de tortugas, donde las hembras anidantes llegan hasta el nivel más alto de la playa con el fin de proteger su nido. “Debido a la cantidad de acciones antrópicas, como la luz y el ruido, los puntos de anidación se han desplazado para los sectores más solitarios en donde también hoy en día hay construcciones”, explica Diago.
Los establecimientos construidos tienen baños, pese a que en Playa Blanca no hay sistema de alcantarillado. Algunos tienen pozas sépticas, pero que no han sido autorizadas por Cardique, como confirmó la autoridad ambiental a este medio, ya que ningún establecimiento en la zona ha presentado un Plan de Manejo Ambiental, necesario para estos casos. “Por eso, todos estos residuos generados en los baños se están filtrando en la arena”, comenta.
CONTAMINACIÓN EN LAGUNAS COSTERAS
Playa Blanca cuenta con siete lagunas costeras que evidencian estar contaminadas con los desechos arrojados por visitantes e incluso con aguas servidas, según se ha denunciado. De hecho, este medio conoció apartes de un análisis realizado el año pasado en el laboratorio del CIOH al agua marina y de las lagunas costeras de Playa Blanca, el cual arrojó que estas últimas presentaron grandes cantidades de indicadores de contaminación, sobrepasando los límites admisibles para uso recreativo. “Los datos son consecuentes con el aspecto visual que presentaban: olores desagradables, gran cantidad de basuras a sus alrededores, residuos de alimentos producto del lavado de los mismos y actividades caseras, seguido de la presencia de excretas humanas”, se lee en el informe.
“Antes las lagunas eran cristalinas y contaban con manglar, que es muy importante porque es como una ‘sala cuna’ de especies de fauna y flora, ahí nacen y se crían las especies, sin embargo, todo está talado, quemado o contaminado. Las aves han migrado porque no están las especies de las que se alimentaban, ni el agua para beber”, explica Diago.
IMPACTO A ESPECIES SUBMARINAS
Con la llegada masiva de visitantes, se ha evidenciado deterioro en los corales por dos razones principales como el desarrollo de actividades de careteo de forma inadecuada y el inapropiado manejo náutico en la zona. “Los corales son delicadísimos, no se pueden tocar. Si con una aleta levantas arena y tapas el coral, este deja de hacer fotosíntesis y se muere. Debido a que no hay boyas, zonas delimitadas ni muelles, todas las lanchas que llegan lanzan las anclas en cualquier lugar, las cuales caen encima de los corales y los afectan. También, atentan contra las praderas marinas, que son muy importante porque en las hojas de estos pastos se ‘pegan’ muchas especies”.
MÁS PRESIÓN
A todos los factores antrópicos señalados, también deben sumarse como presiones para Playa Blanca los efectos provocados por los cambios climáticos, que generan inundaciones en época de lluvias, así como la erosión, que en algunos momentos del año ha dejado a la zona con poco más de un metro de playa. Incluso, resultados de investigaciones han determinado que la contaminación y sedimentos procedentes del Canal del Dique afectan a Playa Blanca.
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En este video se observa el efecto generado por un canal construido en diciembre pasado para conducir el agua contaminada desde las lagunas costeras hasta el mar. Aunque varias asociaciones responsabilizaron a los nativos, estos lo negaron y aseguraron que el canal se abrió de forma natural. Ahora, el canal está cerrado.
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