La espera continúa. Pese a que la defensa de María de las Nieves Quiroz Ruiz desvirtuó ayer, durante la audiencia pública de medidas de aseguramiento, los cargos que le imputó la Fiscalía, de urbanización ilegal, obtención de documento público falso, uso de documento público falso y estafa en modalidad de masa, sólo hoy el juez Octavo Penal Municipal con funciones de Control de Garantías decidirá si la mujer será asegurada en centro carcelario o no.
Esta audiencia, que se reanudó ayer a las 2:30 de la tarde luego de ser postergada el domingo pasado a petición de los abogados de Quiroz Ruiz, se concluirá con el fallo del togado, que se dará en el Centro de Servicios Judiciales, a las 9 de la mañana.
Ese tiempo prudente lo solicitaron los abogados defensores al juez, para analizar el material probatorio aportado por la Fiscalía,
Muchas pausas
Los quebrantos de salud y un episodio de llanto desconsolado por parte de María de las Nieves hicieron que la audiencia se suspendiera en dos oportunidades.
Una fuerte gripa hizo que la imputada tosiera tantas veces, que el juez ordenó apagar el aire acondicionado de la sala número 2, donde se desarrollaba la audiencia, y solicitó a un hijo de Quiroz Ruiz, que es médico, le suministrara medicinas para que calmarle el malestar.
“Una persecución”
El abogado defensor, Fernando Vargas, empezó su intervención asegurando que el accionar de la Fiscalía sobre la imputada “es una cacería que se ha denotado en los medios publicitarios”. Además aseveró que su defendida atraviesa una crisis depresiva, que se ha desencadenado desde el momento de su captura.
“Marías de las Nieves Quiroz no es integrante de una banda criminal. Es madre cabeza de familia, soltera y tiene personas que dependen de ella. No tiene antecedentes y por el contrario, es una persona honorable que hasta era presentada en importantes ferias de la Cámara Colombiana de la Construcción Regional de Bolívar (Camacol).
“A mi defendida la trataron como una vulgar delincuente, hasta tal punto que la Alcaldía le puso un precio a su cabeza”, manifestó Vargas.
El abogado resaltó que Quiroz Ruiz siempre ha estado presta a entregarse a las autoridades, pero que no lo hizo en su momento con el fin de preservar su salud.
“El mismo día que capturaron a su hijo (Johnatan Rivera Quiroz), a quien la Fiscalía dejó libre por complicaciones de salud, ella pensaba entregarse. El detonante es que entró en una crisis de nervios, lo que complicó todo, porque ella es recetada por problemas de sueño y de depresión. Las recomendaciones de un experto eran claras: que se entregara cuando lograra estabilizarse un poco más”, añadió.
“No es su culpa”
Por otro lado, el defensor manifestó que María de las Nieves “es víctima de este sistema, porque ella no tiene la capacidad para hacer las cosas que le han imputado”.
Además recordó que hubo omisión por parte del Distrito, inspecciones de Policía, entre otros funcionarios, quienes no hicieron controles en las construcciones que fueron levantadas.
“¿Dónde estaba la secretaria de Planeación, los curadores, inspectores y alcaldes locales cuando se estaban levantando esos edificios?
“Además, los compradores no tuvieron el cuidado de examinar lo que compraban. La ignorancia de la ley no es excusa, así que debieron revisar todo”, añadió.
Punto de quiebre
Uno de los momentos más neurálgicos durante la audiencia fue cuando el abogado defensor intentó exponer que una de las hijas de María de las Nieves, al parecer tenía inconvenientes de salud, por lo que la mujer no podría estar en centro carcelario, teniendo en cuenta que es cabeza de hogar. En ese instante la imputada estalló en lágrimas y le pidió al defensor que no revelara esos detalles.
Fue por eso que el juez decidió desocupar la sala para que Quiroz Ruiz hablara a solas con su apoderado sobre este punto. Al retomar la audiencia, el togado pidió que los medios de comunicación salieran del recinto, para que estos detalles personales fueran mostrados a la Fiscalía y al Ministerio Público.
Colaborará
El abogado manifestó que María de las Nieves pasó por escrito un documento, en el que renunciaba a guardar silencio y que estaba interesada en colaborar con la investigación, hasta el punto de dar nombres de presuntos implicados.
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