“No hay puesto para todos”: Campo Elías Terán

Visiblemente aturdido y agotado, Campo Elías Terán Dix, alcalde de Cartagena,  hizo un llamado a sus “amigos”, quienes lo acompañaron en la campaña política,  para que le den un compás de espera de dos meses, mientras, según sus palabras, soluciona chicharrones normales de la administración pública.
Durante la mañana de ayer, al término de una de las reuniones que presidió en su despacho, Campo Elías Terán salió intempestivamente de su despacho y se dirigió en tono de súplica a líderes, políticos y periodistas.
“Yo les pido que tengan calma y paciencia porque aquí no hay tanto puesto, como se cree. La gente es idónea y está en carrera administrativa. Ahora, me piden un puesto y yo no puedo despedir a la gente así como así. Mis amigos deben entender que esto no es fácil, yo encontré una ciudad ‘patas pa arriba’ y me ha tocado apagar incendios para tratar de poner orden. La función pública no es como la empresa privada. Tengo que revisar bien antes de sacar a alguien. Una persona que se desempeña puede ser de cualquier político y aún así no la puedo sacar porque me perjudico yo y la ciudad”, dijo al tiempo que recalcó que en los primeros 10 días de Gobierno muchos lo felicitan, otros le brindan su apoyo, pero hay algunas personas que le piden puestos.
“Tengo que velar para que no se desordene la casa. Ayúdenme y denme dos meses para atenderlos. Ahorita viene una ministra y me debo reunir con ella y así es todo el día, ya no soy el periodista que ayudaba a resolver los problemas de la gente. Cartagena es una ciudad con muchos líos que el alcalde debe solucionar. Compréndanme y no me juzguen porque he escuchado que dicen: Ahora campo no nos atiende. Sino los atiendo es porque estoy empeñado en hacer algo por esta ciudad. No me pidan puestos, pídanme obras que yo los complaceré”, recalcó ante los dirigentes.
Ante estas palabras muchos dirigentes políticos y líderes ciudadanos prefirieron marcharse, no sin volver a escuchar la voz lacónica de Campo Elías: “Si los puedo ayudar, lo haré, pero por favor no me pidan puestos”.
A su salida algunos dirigentes susurraron: “no importa mañana venimos. A mi me prometió un puesto, y de que me lo da, me lo da”.