Cartagena


10 años: recuerdos y secuelas de una explosión en El Socorro

MÓNICA CASILLA LÓPEZ

18 de julio de 2012 08:37 AM

Quienes más recuerdan un día como hoy, son los habitantes del plan 282, manzanas 60 y 61 del barrio El Socorro, cuando hace 10 años a las 3 de la mañana los despertaría un hecho que acabó con una familia y con la tranquilidad de todos.
20 kilos de amonal explotaron esa madrugada en el lote 6 de la manzana 60, llevándose consigo 6 personas, la mayoría de una misma familia que residía en la planta baja de la propiedad que tenía alquilada la señora Hilda Guerra a prácticamente un desconocido. 
La identidad de esta persona se conoció tiempo después del suceso y correspondía al nombre de Ursus Torres López, quien hacía 10 días se había mudado con su esposa e hijos a ese lugar. Éste, sería el responsable de manipular el artefacto explosivo, que además de acabar con la vida de sus 2 hijas e hijastro y la de una vecina, también demolió 2 casas y dejó averiadas 20 más.
“Yo no conocía ese señor, el negocio del arriendo de la casa lo hizo una vecina amiga mía, porque a ella le recomendaron a la esposa del hombre y por eso yo confié y alquilé a esa familia. Fíjese, pero uno nunca sabe hasta que pasan las cosas”, dijo la señora Hilda en entrevista con este medio al que también reveló su estado de salud.
“Después de la bomba yo he quedado muy intranquila, yo tomo “Alprazolam”  para poder conciliar el sueño, luego de ese día, ver mi casa destrozada y saber que aún no he podido verla como quisiera, me ha afectado mucho”. 
La mujer que con ahorros personales compró el predio hace 37 años, asegura que hoy no ha podido recuperar lo que era su casa pues el estado no respondió con la ayuda esperada. “A mí no me respondieron por mi casa, aún es la hora y no ha vuelto a ser la de antes, era de dos pisos, con lo poco que he conseguido la he ido parando. El gobierno me dio un subsidio pero no fue suficiente” explicó Guerra.
En iguales condiciones se encuentra la señora Dora Salcedo de Palacio quien además de ver destruida su casa, ha padecido la secuela de la explosión en su salud.
La señora de Palacio hoy camina con un bastón gracias a que la madrugada del suceso, al levantarse de su cama luego se sentir el estruendo, su pisada se encontró con el vacío. La habitación, ubicada en el segundo piso, se encontraba destrozada y partida a la mitad, razón por que la terminó inconsciente al piso y con varias fracturas en su fémur y muñecas.
“aquí no nos quedó nada material…; y yo manca y coja. Ya llevo 3 cirugías, la pierna me quedó más corta. Esto que medio ve de la casa lo hemos hecho con mucho esfuerzo (…;.) la mayor secuela ha sido mi situación porque nunca me voy a recuperar, yo no era así”, expresó la mujer quien también se queja por la poca ayuda que el estado les ofreció. “El gobierno nos dio un subsidio a finales del año 2003 de 7 millones de pesos y en cuotas, pero eso alcanzó para mucho”.
Por su parte, Lácides López Montoya, a quien la onda explosiva logró afectar gran parte de su casa, recuerda que esa fue la última noche que pudo dormir tranquilamente pues a partir de allí, el sobresalto y algunas veces el insomnio lo acompañan a cada momento “Me siento exaltado, cualquier golpecito me asusta, cualquier cosa que caiga al suelo me asusta, me siento intranquilo luego de ese día”, comentó, alegando también que su casa, que afortunadamente quedó parada, a diferencia de la de Dora Salcedo e Hilda Guerra de la que no quedó nada, la ha podido recuperar gracias a su trabajo en albañilería y a los préstamos de bancos, el avalúo en daños que le hicieron los ingenieros fue de 14 millones de pesos y del gobierno recibió prácticamente 7.
La intranquilidad parece ser el mal común de todos los habitantes de plan 282 y para recuperarla, la estrategia no ha sido mudarse y vender sus propiedades, más bien ha consistido en estar unidos pendientes de la persona que llega a mudarse en la calle, esa que siempre estará marcada por un suceso que hace 10 años se constituyó como uno de los más grave y tristes en la ciudad de Cartagena.
La bomba ¿Pertenecería a las Farc?
Según las investigaciones, Ursus Torres, de quien primeramente se dijo que trabajaba en un taller de mecánica, resultó también que trabajaría para las Fuerzas armadas revolucionarias, Farc,  y que estaría fabricando el artefacto explosivo para la misma organización. El taller donde tendría los materiales de fabricación sería uno de los baños de la casa.
Las víctimas del 18 de julio 2002
En la explosión murieron las niñas María y Melissa Torres Ortega de 2 y 4 años; y el joven Jeisson Narváez Ortega de 17, pertenecientes a la familia que ocupaba el primer piso y quien serían hijas del autor del hecho Ursus Torres López de 33 años también fallecido.
En el segundo piso de la misma casa, murió Dominga Romero Cárdenas, de 81
años de edad. Y en la casa de al lado la víctima fue Farizada Sarmiento Parra, de  49 años, quien se dedicaba a  la docencia y era de Soplaviento.
De la esposa de Ursus Torres, se conoció que quedó gravemente herida en sus piernas las cuales fueron amputadas, igualmente su salud mental quedó afectada.

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